20 de mayo de 2025
La Cámara de Diputados en su pasada sesión ordinaria dio media sanción a una modificación a la ley que regula la Caja de Jubilaciones Parlamentaria, modificando las condiciones para los “aportantes voluntarios”, que jugaría en contra de exlegisladores como el cartista Orlando Arévalo. Sin embargo, beneficiaría a ministros del Poder Ejecutivo con la “jubilación vip” parlamentaria.
Hoy, la Cámara de Diputados no tuvo quórum para su sesión ordinaria, y, si bien realizaron tres sesiones extraordinarias, apenas trataron efectivamente cinco de los 22 proyectos de ley que tenían en el orden del día, la mayoría de ellos ampliaciones presupuestarias. Pese a la escasa producción legislativa, están a punto de recuperar sus vales de combustibles y seguro médico VIP.
El presidente de la República, Santiago Peña, promulgó la autoasignación por parte del Congreso de un subsidio con dinero de la ciudadanía para la jubilación vip de los parlamentarios, con lo cual firmó el acta de defunción de la tan mentada reforma previsional, que es –o era– uno de los máximos desafíos de este Gobierno para neutralizar los gravísimos riesgos financieros que corre el país en el mediano plazo, tal como lo han advertido expresamente organismos internacionales y calificadoras que le habían dado a esta administración un condicionado voto de confianza. Santiago Peña ha perdido toda autoridad moral para pedirles los necesarios sacrificios a los propios funcionarios públicos y a la población en general para estabilizar las diversas cajas jubilatorias y para universalizar las contribuciones a la seguridad social.
El presidente Santiago Peña promulgó la Ley por el cual aprueba una reprogramación presupuestaria para el Congreso Nacional de G. 3.500 millones. Esta iniciativa generó la evidente molestia de sectores ciudadanos, principalmente el de gremios docentes, que presentaron una Iniciativa Popular, para promover una ley que elimine la jubilación vip legislativa.
Adrian “Billy” Vaesken, diputado del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), opinó que con la promulgación de la jubilación vip de los parlamentarios por parte del Poder Ejecutivo, a cargo de Santiago Peña, es el propio Gobierno el que promueve la desigualdad en la sociedad, así como también acusó al mandatario de administrar el país en provecho propio.
Los portavoces del nuevo odio a la democracia –nos dice Rancière– «habitan todos en países que declaran ser democracias en sentido estricto. Ninguno de ellos reclama una democracia más real. Nos dicen, por el contrario, que esta ya lo es en demasía. Pero ninguno se compadece de las instituciones que pretenden encarnar el poder del pueblo ni propone medida alguna para restringir este poder».