29 de abril de 2025
Tras el cierre de un mes marcado por acumulados importantes de lluvias, el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) alertó que mayo presentaría precipitaciones con “un comportamiento inferior a lo normal”. Analiza que este escenario puede representar un desafío para la siembra y emergencia de los cultivos de otoño.
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) reportó que durante la semana se espera una mejora en las condiciones de acumulación y distribución de lluvias, un escenario que impactará positivamente en la campaña agrícola en curso. Hay perspectivas favorables para marzo, mientras está en pleno desarrollo la zafriña o ciclo secundario de cultivos.
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) ahondó en el crítico escenario que enfrenta el sector productivo a raíz de las condiciones climáticas adversas, que amenazan los rendimientos de zafra de soja en curso (2024/25). Reportó que un total de 8.882.145 hectáreas de área cultivable presentaron déficit hídrico, lo que equivale al 84% del total, mientras se espera que la escasez de lluvias persista durante el mes de febrero.
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) evaluó el desarrollo de los cultivos de invierno durante el 2024 y reportó que la mayoría registró una disminución en el área de siembra. Según los datos, en más de 773.000 hectáreas no se cultivó trigo o canola, pero tampoco se utilizó ningún tipo de cobertura verde (de servicio) o seca.
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) actualizó sus proyecciones agroclimáticas para enero y proyectó mejoras en el nivel de precipitaciones, lo que favorecerá los perfiles de humedad del suelo para completar fases críticas de los cultivos: en este caso, el llenado de granos. Aún así, se instó a los productores a adoptar manejos más cuidadosos y tomar decisiones oportunas.
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) analizó en su nuevo reporte de proyecciones agroclimáticas cuáles son los factores que tendrán incidencia sobre el desarrollo de los cultivos entre diciembre y febrero. Alertó sobre la aparición de olas de calor y la persistencia del riesgo de estrés hídrico, lo que obliga a los productores a adoptar un manejo más cuidadoso y tomar decisiones oportunas.