7 de julio de 2025
Cuando, con muy poca delicadeza de su parte para con la República, Santiago Peña presentó primero un informe anual ante su “patrón” en el Partido Colorado, y solo después ante el Congreso de la Nación, instó a “no escuchar las críticas de los agoreros del mal”. Fue exactamente esa la impresión que dio en su discurso del 1 de julio por el inicio del período de sesiones del Poder Legislativo. La de alguien encerrado en su burbuja, que solo escucha lo que le gusta oír, alejado de la realidad, que da como verdades lo que le dicen sus adulones y minimiza o desautoriza no solamente la percepción de la ciudadanía en general, sino las observaciones de muchos de los más prominentes mujeres y hombres de los más diversos ámbitos del país, incluso dentro de su propia nucleación partidaria.