28 de abril de 2025
Pareciera que las autoridades económicas del país ven una cosa y todos los demás ven otra. El Banco Central del Paraguay alzó al 4% la proyección del crecimiento de este año cuando todos los analistas privados, nacionales y extranjeros, están haciendo ajustes, pero a la baja. Al mismo tiempo, el Gobierno promete que va a cumplir la meta del déficit fiscal, pero los observadores independientes señalan que ha pasado un cuatrimestre, el saldo rojo se mantiene por encima del registrado el año pasado y, en vez de una contención del gasto público, lo que se constata es lo opuesto, con permanentes ampliaciones presupuestarias y el anuncio de nuevos préstamos por 1.580 millones de dólares. Concomitantemente, cada vez es mayor el peso del gasto rígido sobre las finanzas públicas, no cede el tipo de cambio y por primera vez en dos años vuelve a haber presión inflacionaria.
El país ha avanzado en el manejo de sus finanzas públicas y el reciente logro de obtener la calificación de grado de inversión es un testimonio de ello. Nuestras finanzas supieron sobreponerse a un difícil inicio de los años 2000, marcado por un default selectivo, continuando luego con presiones en el gasto de remuneraciones por decisiones políticas y la necesidad de mayor gasto público para enfrentar situaciones inesperadas (como inundaciones, sequías, pandemias, crisis regionales, etc.). Esta situación, en parte, me recuerda al mítico personaje de Perurima, ya que, como relataba Alcibiades González Delvalle “de todos los apuros supo salir”.
Los sistemas de pensiones tienen como objetivo, por un lado, permitir a las personas contar con ingresos luego del retiro a cambio de realizar aportes durante su vida laboral y, por otro, evitar situaciones de pobreza en la vejez, tal como hace referencia un estudio del Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) denominado “Los sistemas de pensiones y salud en América Latina: Los desafíos del envejecimiento, el cambio tecnológico y la informalidad”.
La evaluadora de riesgos Standard & Poor’s Financial Services elevó la “calificación de Paraguay” de BB a BB+ con perspectiva estable, lo que ha sido recibido como una gran noticia por parte del Gobierno y de no pocos agentes económicos, y hasta hubo quienes tildaron el hecho de “histórico”. Lejos de ser tal. Como muchas veces anteriores, se destacó que el país quedó “al borde del grado de inversión”, pero hace una década que Paraguay está en esa condición y la verdad es que no se ha avanzado en las reformas ni se han dado los pasos necesarios para cambiar de categoría. Por lo tanto, de nada vale jactarse por méritos inexistentes o por un 2 en la libreta.
Se presentó el Presupuesto General de la Nación para el año 2024 y el mismo no contiene ese diferenciador sustancial en relación a lo que se viene dando en otros años. Es lo mismo de siempre. Una lástima. Se ha desaprovechado una brillante oportunidad para que el nuevo gobierno se muestre diferente. No le faltan las mayorías en ambas Cámaras y tampoco creo que las nuevas autoridades no sepan sobre los nuevos instrumentos en materia de finanzas públicas.