Varios asegurados y familiares de asegurados son víctimas de hurto de sus pertenencias que están dentro de sus vehículos estacionados en la sede del IPS central. Tortoleros rompen los vidrios para llevarse las pertenencias de quienes están internados o cuidando a sus familias.
Un panorama que por varios meses fue más calmado y menos tensionado reaparece a metros de la entrada del pabellón de contingencia del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram). Las carpas de familiares volvieron, pero ahora con un detalle más: los sacrificios para sobrellevar la espera y soportar el intenso calor.
En solo dos semanas, las consultas en Urgencias del Hospital Pediátrico Acosta Ñu aumentaron de 200 a 500, principalmente por afecciones respiratorias como covid e influenza. También creció la cantidad de chicos internados, tanto en camas comunes, como en UTI. Para evitar contagios, solo puede entrar al centro médico un familiar de los niños encamados. Enfrente, en la vereda, los familiares montan carpas para velar por sus chiquitos.
Este viernes fue inaugurado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) el “Mural en memoria de los ángeles que se nos adelantaron”, un trabajo artístico elaborado por familiares de fallecidos por COVID-19 encabezado por la profesora de mosaico Daniela Vega.
Pendiente de lo que pueda necesitar su familiar enfermo, un gran grupo de personas “vive” en el predio de IPS. Por desidia de la previsional, los familiares se ven obligados a soportar situaciones extremas bajo la lluvia y el sol.
Teniendo en cuenta que actualmente ya el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) dejó de ser un centro de atención para pacientes covid-19, la previsional comunicó que será retirada de la explanada la carpa de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) que albergaba a familiares de pacientes.