24 de septiembre de 2025
La búsqueda por un envejecimiento saludable se redefine: abandonar las promesas efímeras para enfocarse en hábitos que potencian vitalidad. Con evidencia robusta de la OMS, descubrí cómo movimiento, nutrición y conexiones sociales son clave en esta nueva era de vida plena.
Un nuevo estudio revela que la pandemia aceleró el envejecimiento cerebral, incluso en personas que no contrajeron covid-19. El estrés crónico, el aislamiento y la disrupción global habrían dejado una huella profunda en la salud neurológica.
El envejecimiento no depende solo de la edad o de la genética. En cómo y a qué ritmo se envejece también pueden influir factores como la calidad del aire, la desigualdad económica, social y de género y el tipo de elecciones o de democracia que tiene un país.
Las tortugas poseen mecanismos celulares únicos que las protegen del cáncer y el envejecimiento, a pesar de su longevidad y gran tamaño. Científicos las consideran modelos clave para estudiar cómo prevenir enfermedades asociadas al envejecimiento en humanos.
La inflamación crónica, considerada durante mucho tiempo un rasgo vinculado al envejecimiento humano, puede no ser universal. Según un estudio, la inflamación del envejecimiento o ‘inflammaging’ es producto de los estilos de vida industrializados y, por tanto, no aparece en todas las poblaciones mundiales.
Creemos que el envejecimiento cerebral es un proceso lejano, reservado para la vejez. Pero la realidad es más compleja, y también más sorprendente. El deterioro no empieza de un día para otro ni se manifiesta igual en todas las personas. Lo que la ciencia viene revelando en los últimos años es que nuestro cerebro empieza a cambiar mucho antes de lo que imaginamos.