2 de noviembre de 2025

LA HABANA. La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) prevé este sábado apagones simultáneos en el 46 % de Cuba en el horario de mayor demanda en la tarde-noche, excepto en las cinco provincias del este que permanecen apagadas desde el miércoles por el impacto del huracán Melissa.

Según el censo de 2022 realizado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el crecimiento demográfico de nuestro socio energético alcanzó la tasa anual de 0,52% entre 2010 y 2022; es decir, la población brasileña creció anualmente 1.056.120 habitantes sobre un universo actual de 203,1 millones de personas. La lógica más simple es que también aumentó el consumo de energía eléctrica.
En Brasil se ha desatado una polémica sobre qué va a pasar con la energía sobrante paraguaya después de 2027. Enio Verri, director general brasileño de Itaipú, declaró que cada socio podrá a partir de ese año vender su parte a terceros si así lo decide, y desde el Instituto Acende, un influyente “think tank” de orientación técnico-empresarial, le respondieron que el Tratado no lo permite y que, en todo caso, solo podría hacerse “atendiendo la seguridad energética (de Brasil) y la estabilidad del suministro”. Es de por sí irritante que en un país se sientan con derecho a disponer del patrimonio de otro, pero lo es más aún el que no haya ninguna voz oficial que salga a defender el interés y la dignidad del país. No hay nada que discutir, los plazos están largamente vencidos, la deuda por la construcción de la central está totalmente cancelada, la energía del Paraguay es de los paraguayos y de nadie más.
El Estado paraguayo se acerca al límite de su capacidad de endeudamiento y ante una creciente demanda de inversiones sociales. Ante esta realidad, debe recurrir imperiosamente a la inversión privada en las obras de infraestructuras susceptibles de algunas de las formas de asociación público-privada. Es decir, grandes inversiones, costo hundido, décadas de plazo.
