30 de junio de 2025
Un artículo publicado en The Wall Street Journal (WSJ) señala que sectores de Wall Street y del ámbito político estadounidense han empezado a coincidir en una perspectiva que hasta hace poco era motivo de debate: los desequilibrios comerciales de Estados Unidos podrían poner en riesgo la estabilidad del dólar. Esta preocupación se intensificó tras la reciente caída del Índice del Dólar del WSJ, lo que volvió a poner en duda la sostenibilidad del actual modelo de comercio exterior y endeudamiento del país.
La sostenibilidad de la deuda es un aspecto clave en la economía, ya que la capacidad del Estado para gestionar adecuadamente su nivel de endeudamiento impacta directamente en la estabilidad económica y la credibilidad ante los mercados financieros, la flexibilidad para implementar políticas que impulsen el desarrollo económico, y la respuesta en periodos recesivos. De hecho, altos niveles de deuda podrían tener consecuencias económicas y sociales. Por ello, las reglas fiscales se utilizan como herramientas para gestionar el endeudamiento de manera responsable.
Óscar “Nenecho” Rodríguez admitió que es el intendente que más endeudó al municipio, pero alegó que es el que “más obras” hizo. Al ser consultado sobre el uso de bonos para gastos corrientes, respondió: “La plata de los bonos está siendo utilizada en obras, porque el dinero es volátil, es la misma cosa”. Además, minimizó el gasto por sobrecarga de funcionarios y dijo que no puede hacer recortes porque se expone a demandas.
Cuando Carlos Fernández Valdovinos juró como ministro de Economía y Finanzas, el 29 de agosto de 2023, se quejó públicamente de que nunca un Gobierno, por el de Mario Abdo Benítez, había dejado “una deuda tan grande como esta”. Recibía un saldo de endeudamiento de 15.565 millones de dólares, equivalentes al 35,5% del PIB. Para cuando terminó ese año, apenas tres meses después, el saldo ya había crecido mil millones de dólares, a 16.566 millones, 38,5% del PIB. Al cierre de 2024, fue de 18.083 millones de dólares, 40,7% del PIB. Y ahora se prepara una nueva colocación de bonos soberanos por 1.000 millones de dólares más, por encima de lo autorizado en el Presupuesto, pese a preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera expresadas por analistas locales y extranjeros. El Gobierno no puede seguir endeudando e hipotecando al país. Lo que tiene que hacer es recortar el exceso de gasto público y utilizar mejor los recursos en las verdaderas prioridades de la República y de la población.
La deuda pública que comprende el endeudamiento interno y externo a escala global ha alcanzado un máximo histórico de US$ 97 billones al cierre del año 2023, un crecimiento de US$ 5,6 billones con relación a 2022, de acuerdo el reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Comercio y Desarrollo.
Se informó que el Gobierno autorizó la gestión de un nuevo préstamo para la pavimentación del tramo Cruce Centinela-Mariscal Estigarribia, lo que se suma a un paquete de endeudamiento de 1.400 millones de dólares que tiene el Poder Ejecutivo en carpeta, parte de ello ya remitido al Congreso, por encima de los 553 millones de dólares anteriormente aprobados para emisión de bonos en el Presupuesto 2024, más los 600 millones de dólares computados al Presupuesto 2023 para pagar a proveedores y contratistas. Con esto, el saldo de la deuda pública con esta administración por primera vez superará largamente la barrera del 40% del PIB, cuando hace tan solo una década era del 10%. Endeudarse hasta cierto límite no es malo en sí mismo. El problema es cuando se rifa y se roba la plata, que es exactamente lo que ocurre en Paraguay.