Un artículo nostálgico de la izquierda que hace un siglo existía en Paraguay.
Un escándalo sacude el mundo del arte: el International Center for the Arts of the Americas del Museo de Bellas Artes de Houston otorgó por unanimidad el Premio Peter C. Marzio 2020 al crítico de arte argentino Rodrigo Cañete. Después de que instituciones y colectivos de artistas, curadores y críticos emitieran comunicados en contra de tal decisión, el premio ha sido rescindido.
«Creo que quedó muy claro cómo se maneja la elite del arte y cuán atrás se ha quedado respecto de los modos en los que se hace cultura hoy», reflexiona el crítico de arte Rodrigo Cañete sobre la campaña montada en estos días contra el importante premio que mereció una investigación suya.
El poeta estadounidense Lawrence Ferlinghetti, pilar de la Generación Beat, acaba de morir esta semana a los 101 años de edad. Los beats rechazaron los valores dominantes, pero se convirtieron pronto en estrellas de la cultura de masas. Quizá la asimilación del movimiento beat por la industria cultural fue tan perfecta porque era asimilable desde el comienzo.
La politización de la entrega de los premios Oscar fue una novedad a la que nadie parece haber reaccionado nunca con hostilidad. O siquiera renuencia. Por el contrario, desde que el tono anti-sistema empezó a hacerse más audible en el corazón del star system de la industria del cine, ha sido una novedad de la que se espera y aun reclama que cada año sea más innovadora y restallante que el anterior.
Cuando el domingo pasado ganó un Óscar como protagonista del film Joker, el actor Joaquin Phoenix se metió unos cuantos miles más de fans en el bolsillo con un breve discurso sobre el sufrimiento de «los que no tienen voz». Su descripción del robo de la leche de los becerros para cortar el café o bañar el cereal del desayuno pareció postular el veganismo como imperativo moral.