La Universidad María Serrana cuenta con una trayectoria de 15 años como bastión de calidad educativa en el país. “Desde su fundación, en 2009, se ha destacado por su compromiso con la formación integral de profesionales altamente calificados y éticamente comprometidos con la sociedad”, señaló el Prof. Dr. Carlos Garay Ugarte, Vicerrector Académico de la Universidad Privada María Serrana.
Hoy se realizará la verificación de listas y actas finales con la cantidad de postulantes que han confirmado sus inscripciones al Programa de Becas de Itaipú. Un escribano público inspeccionará el acto.
SAN JUAN BAUTISTA. El Primer Congreso de Educación, Ciencia y Cultura que organiza la Facultad de Filosofía, filial de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) sede en San Juan Bautista, comenzó en la noche de este jueves.
La educación en general y la universitaria en particular han sido concebidas históricamente como las plataformas de ascensión social y de mejoramiento del estatus, sobre todo cuando la demanda de profesionales, técnicos o investigadores no era significativa. Hoy, la expansión económica hace emerger diversos subsectores y áreas del conocimiento que hasta hace muy poco no se disponían ni se necesitaban. Ahora se requiere con urgencia una nueva generación de profesionales con conocimiento actualizado, capacidad creativa, innovadora y de adaptación para hacer que el crecimiento económico se convierta también en desarrollo social.
Las Naciones Unidas y la Unesco definen a la educación como un derecho humano fundamental, esencial para poder ejercitar todos los demás derechos, partiendo de que la educación promueve la libertad así como la autonomía personal y genera importantes beneficios para el desarrollo. Sin embargo, millones de niños y adultos en todo el mundo se enfrentan con la falta de oportunidades educativas, en muchos casos, como consecuencia de la pobreza en la que viven, y en este sentido, Paraguay no escapa de la mencionada realidad.
Quizás para algunos no sea un monto elevado pagar G. 700.000 por un cursillo de ingreso en la UNA, pero para el campesino que quiere que su hijo acceda a la universidad es una cantidad de dinero difícil de juntar. Por esta razón, Elisa Marecos (19) y Santiago Ros (20) forman parte de un grupo de estudiantes que luchan para que el día de mañana todas las personas puedan acceder a una educación superior, sin ser discriminadas por su baja situación económica.