Desde que Santiago Peña asumió el cargo en agosto de 2023, nos ha acostumbrado a expresiones grandilocuentes, no pocas veces aludiendo a proyectos o logros a los que suele calificar como los más importantes “en la historia del Paraguay”. Lamentablemente pocos son los que se han concretado hasta ahora, y otros se han desinflado, como el que fue anunciado a comienzos de mayo como una “reivindicación histórica para el Paraguay”, la supuesta inmediata venta de nuestra energía al Brasil, pero hasta ahora no se ha vendido ni un kv. Sobre la salud pública también realizó grandes anuncios. Si bien siempre hubo quejas en Gobiernos anteriores, no se recuerdan tantos reclamos de la gente como los que se están produciendo ya de un tiempo a esta parte, sea por mala atención o enormes precariedades, además de falta de higiene y hasta presencia de alimañas, lo que debería llenar de vergüenza a las autoridades nacionales –con el jefe de Estado a la cabeza– y a las sanitarias en especial.
Las autoridades nacionales y comunales son las principales responsables de la muerte del lago Ypacaraí. Tras la caída de la dictadura (1989), la fuente de agua ya pedía auxilio. Trece meses atrás, en cambio, regaló una última oportunidad: sus aguas estaban cristalinas. Fue desatendido, y hoy está totalmente arruinado.