desidia

LAURELES. Laureles está ubicada a 103 kilómetros de Pilar, hacia el Sur- Este, en las cercanías del río Paraná es uno de los distrito más alejados de Ñeembucú y su principal problema es la falta de caminos de todo tiempo.

Pésimo estado y en total abandono está el Cementerio del Este. Es una vergüenza la irresponsabilidad de todo el personal. Tumbas destruidas, basura, basura quemada, destrozos.

FILADELFIA. En el confín del distrito de Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, se asienta la comunidad Wonta Santa Rosa, del ancestral pueblo Manjui, cuyo territorio en el Alto Pilcomayo se encuentra amenazado. Los pobladores sobreviven además a una grave situación de desidia, abandonados a su suerte.

Cada uno de los 68 barrios de Asunción se ha acostumbrado ya a ver sus calles destrozadas y basura desparramada en sus paseos centrales, veredas y plazas. Muchos siguen presentando reclamos a la Comuna, pero ya no se sorprenden ante la inacción municipal, pues ya se ha vuelto una “tradición” que la administración resulte inútil para la ciudadanía.

Unas horas de lluvia intensa bastan para mostrarnos la pobreza, la marginación, el olvido que padecen miles de compatriotas. La crecida del río y de los arroyos nos revela un paisaje humano que solo aparece en las desgracias. Y como toda desgracia, está envuelta en una soledad infinita.