dedicacion

Don Rigoberto Olmedo, con sus 84 años, realmente dejó huellas en su comunidad. Era un hombre muy versátil y dedicado; capaz de realizar desde trabajo de construcción hasta reparación de armas, siempre con excelencia. Destaca también en su labor desinteresada de mantener en marcha el viejo reloj de la Catedral durante más de 50 años. Sin duda, su compromiso y amor a su comunidad son ejemplos admirables.