28 de julio de 2025
BOGOTÁ. El influyente expresidente colombiano Álvaro Uribe conocerá hoy el fallo del juicio en su contra por presunto soborno a testigos y fraude, un histórico proceso vinculado al paramilitarismo que por primera vez llevó a un exmandatario del país al banquillo de los acusados.
La justicia paraguaya tiene dos caras, una si se trata de “Juan Pueblo” o se es “guapito” y otra si se es “afortunado”. En el caso de Hugo Javier, exgobernador de Central quien, conjuntamente con el exdirector de gabinete de la Gobernación Miguel Robles, fueron condenados a 10 años de prisión tras comprobarse que formaron parte de un esquema de corrupción en tiempos de pandemia, Astrea ha mostrado hace poco su rostro más sonriente con el otorgamiento de libertad ambulatoria para ambos condenados tras el compurgamiento de tan solo seis meses de prisión. Pero así como la “justicia” paraguaya muestra su lado amigable con los “afortunados” del Poder Judicial, también saca la espada a quienes no visten “cuellos o guantes blancos”. Así lo confirma el caso de un hombre llamado Marcos Bareiro, condenado en primera instancia a ocho años de prisión, y cuya condena no había quedado firme, porque al igual que Hugo Javier planteó recursos ante los juzgados superiores. Sin embargo, a diferencia del exgobernador y su director de gabinete, su caso mereció otro tratamiento.
Es obvio que la corrupción reinante no empezó el 15 de agosto de 2023 y que afecta a todos los niveles político-administrativos, porque el dinero público sería un botín a ser repartido entre los mandamases de turno y sus respectivos parientes, amigos y correligionarios. Por tanto, los delincuentes de guante blanco roban con la conciencia tranquila, sin temer que una persecución penal los ponga entre rejas y les obligue a reparar el perjuicio causado. Quien no practica el peculado solo sería un tonto que merece el repudio de sus colegas por dar un mal ejemplo.
Mientras las justicia da lamentables muestras de impunidad, como haber favorecido recientemente con la libertad ambulatoria al exgobernador cartista de Central, Hugo Javier González, pese a haber sido condenado por un desfalco de G. 5.105 millones en plena pandemia, el diputado colorado disidente Daniel Centurión insistió con su proyecto para elevar penas contra la corrupción, que pondrá a prueba a la “aplanadora del bien común” del presidente Santiago Peña.
El cardenal paraguayo-español Cristóbal López Romero dijo tener la percepción de que el presidente Santiago Peña “no gobierna por sí mismo” y que la corrupción mantiene al país estancado en lo cultural y moral, impidiéndole alcanzar todo su potencial y mejorar en aspectos como la salud y la educación. Hizo un llamado a dejar de lado la polarización y que tanto Gobierno como oposición trabajen juntos con respeto.
Luego de darse la libertad ambulatoria del exgobernador de Central Hugo Javier, condenado junto con su exdirector de Gabinete Miguel Ángel Robles a 10 años de cárcel por el desvío de G. 5.105 millones de la Gobernación debido a las “obras fantasma” durante la pandemia, el senador independiente Eduardo Nakayama sostuvo que se debe elevar la pena por hechos de corrupción por la gravísima percepción de impunidad que se deja a la ciudadanía.