9 de noviembre de 2025

MADRID. Un juez pidió juzgar por corrupción al exministro de Transportes y antigua mano derecha del dirigente español Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, por venta irregular de mascarillas a las administraciones durante la pandemia del covid-19.
Tras veinte días de duros combates, la primera gran batalla de la Guerra del Chaco cesó el 29 de septiembre de 1932, con el triunfo de las armas paraguayas sobre las bolivianas, de modo que no está mal que un departamento chaqueño lleve su nombre. Poco después del armisticio que puso fin a las hostilidades tres años más tarde, el comandante en jefe, entonces general José Félix Estigarribia, dijo a su par, el general Enrique Peñaranda, que su ejército era “uno de los mejores y más bravos del mundo”, a lo que este respondió que también el nuestro tenía “las más altas virtudes militares”. Ese mutuo respeto también se advierte hoy en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Desde ya, es plausible que no hayan vuelto a surgir conflictos de límites ni de otra laya entre las dos naciones, pese a la considerable extensión de la frontera seca fijada por el Tratado de Paz, Amistad y Límites, de 1938.
El Círculo Paraguayo de Médicos (CPM), que el 8 de septiembre lanzó una Campaña Nacional contra la Corrupción en Salud, se dirigió al cardenal arzobispo de Asunción Adalberto Martínez, a través de un comunicado, para denunciar “hechos de corrupción estructural que comprometen el derecho a la vida” y ocurren en el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, dirigido por María Teresa Barán. También le pidió su mediación ante el Poder Ejecutivo y la Contraloría General de la República (CGR) a fin de que los responsables del Fondo Nacional de Recursos Solidarios para la Salud (Fonaress), que está integrado al Ministerio y financia el tratamiento de enfermedades que generan altos costos, sean removidos e investigados y el caso sea remitido a la Justicia. La salud pública no debe seguir expuesta a la corrupción, unida a la ineficiencia.

En un comunicado, el Círculo Paraguayo de Médicos denunció corrupción y lucro excesivo en los sistemas de salud del país, tanto público como privado. La institución expuso tres casos emblemáticos que evidencian fallas en la cobertura médica, retrasos en el desembolso del FONARESS y el sufrimiento prolongado de pacientes que, pese a contar con aprobaciones, no reciben la asistencia prometida.
Los efectivos de la Policía Nacional no solo combaten a los autores de hechos punibles, sino que también en muchos casos, estos son cometidos por ellos mismos, es decir, conocen las dos caras de la moneda. Una de ellas –la muy sucia– salió a relucir varias veces en este mes que termina. Si la Dirección General de Asuntos Internos de la Policía Nacional, encargada de investigar las irregularidades y las faltas de los uniformados, tiene mucho trabajo que hacer, es porque las lecciones sobre la ética profesional impartidas en el Colegio y en la Academia de Policía, así como –se supone– las arengas matinales en las comisarías, no están dando los resultados deseables. Es necesario que el ciudadano confíe en el agente policial, en vez de presumir que es un hampón disfrazado, según le enseñarían la experiencia propia y la ajena. Basta con tener que cuidarse de los delincuentes comunes; ya resulta excesivo precaverse además de los uniformados a sueldo de sus eventuales víctimas.

Paraguay también enfrenta importantes limitaciones en sus capacidades de gestión pública, lo que incide en la eficiencia y efectividad de sus políticas. Conforme con datos recabados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que pudieron sufrir leves variaciones sin representar cambios significativos, en el pilar de instituciones del último Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial ocupaba el puesto 115 entre 141 economías.