Paraguay sobrepasó ayer la barrera de los 10.000 fallecidos por coronavirus y usuarios de Twitter realizaron la comparación de su equivalente con los sectores del Estadio Defensores del Chaco.
Tras el cierre de fronteras, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, firmó en abril del año pasado un decreto mediante el cual puso en vigencia la utilización de albergues comunitarios para contener el virus. Fue así que los compatriotas que retornaban al país desde diversas partes del mundo tuvieron que pasar incluso más de 15 días aislados. La medida, que en ese momento fue aplaudida por la ciudadanía en general y logró su cometido de frenar la propagación del virus, hoy se recuerda como excesiva y un atropello a la libertad.
El primer deceso reportado en Paraguay a raíz del covid-19 se registró el 20 de marzo del 2020. A casi un año de aquel suceso, el país ya reporta más de 3.200 defunciones a causa de la enfermedad.
A un año del inicio de la pandemia en Paraguay, 29 son los nativos que fallecieron por la enfermedad, en tanto que 264 son a la fecha los afectados por el virus.
A pesar de duplicarse el número de camas de terapia intensiva en todo el país y del presupuesto disponible, el Ministerio de Salud Pública (MSPBS) se encontró en la última semana carente de los medicamentos utilizados para la atención de pacientes con coronavirus, principalmente para internados en las salas de terapia intensiva que desesperados claman el suministro de los fármacos en falta.
El 2020, un año que empezó en nuestro país como cualquier otro, pasará a la historia como el año en que la pandemia del Covid-19 dio la vuelta al mundo y cambió nuestro modo de vida. A un año del primer caso reportado en Paraguay, el virus ya le costó la vida a más 3.200 compatriotas y se registran oficialmente más de 160.000 casos. La enfermedad avanza y, aunque el futuro todavía se ve incierto, su contención pasa por el estricto cumplimiento del protocolo sanitario sumado a la inmunización de un pueblo que esperanzado aguarda el momento de retornar a la normalidad.