29 de octubre de 2025

VIGO. Personal investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) en colaboración con colegas de las universidades de Santiago de Compostela, Barcelona y Oviedo, en el norte de España, han documentado la presencia y el origen de diversos contaminantes en los suelos de colonias de pingüinos recogidos en las islas Livingston y Decepción, al noroeste de la península Antártica.


Pobladores del distrito de Naranjal, situado al sur de Alto Paraná, captaron el fin de semana último cómo mediante un caño se vertía gran cantidad de efluentes al río Ñacunday, en la zona limítrofe entre este distrito y Santa Rita. Lugareños señalaron como responsable a una empresa procesadora de tripas y afirmaron que desde su instalación se registra mortandad de peces. La empresa denunciada emitió un comunicado alegando que el caño fue dañado por vándalos.

Pobladores del kilómetro 24 de la ruta PY02 se manifestaron contra la empresa “ContiParaguay”, a la que acusan de supuestamente contaminar un arroyo y el aire que respiran. Denuncian malos olores, presencia de roedores y enfermedades. Piden al municipio que haga cumplir las leyes ambientales o clausure el local.

TEMBIAPORÃ. Pobladores de esta localidad denuncian que el lago Yguazú presenta elevados niveles de contaminación debido al uso excesivo de gallinaza, un tipo de abono extraído de criaderos de gallinas y utilizado en plantaciones de banana. Las aguas presentan algas verdes, y muchos lugareños que consumen el vital líquido denunciaron intoxicaciones.

Los microplásticos de los ultraprocesados se acumulan en el cerebro y podrían estar vinculados al aumento global de depresión, demencia y otros trastornos mentales, según cuatro estudios publicados en Brain Medicine que advierten sobre sus efectos biológicos.

Cochabamba enfrenta una crisis sanitaria por el bloqueo de su principal vertedero. La basura se acumula y las enfermedades aumentan: los casos de hepatitis A subieron 55% y las infecciones diarreicas, 7%. Autoridades alertan sobre el riesgo para la ciudad, que produce el 45% de los alimentos de Bolivia.