Lo que hoy se nos vende como un adelanto tecnológico y cultural no es más que el saqueo de nuestra memoria por intermediarios tecnológicos que rastrean nuestros datos y nos presentan la repetición de nuestro propio pasado como un anticipo de nuestros deseos y necesidades.
A partir de cierta escena de una conocida película, Nico Martínez indaga los parentescos entre la política y la estética, y entre el marketing y las formas misteriosas en que se incuban y pervierten los deseos.
CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco alertó hoy contra los “tranquilizantes del alma” que proporcionan el consumismo y el placer, diseñados “para sedar nuestra inquietud”, en la misa de la Epifanía por los Reyes Magos en la basílica de San Pedro.
Gonzalo Sánchez Roma, 4 mar (EFE).- “Mi independencia, que es mi fuerza, implica la soledad, que es mi debilidad”. Pier Paolo Pasolini fue muchas cosas, escritor, poeta, cineasta... pero también un pensador sagaz atosigado siempre por la censura y la polémica en Italia, un país que celebra ahora los cien años de su nacimiento.
Desde la otra cara del reparto de ganancias entre los empresarios –esa oscura trastienda del trabajo precario que no sale en la selfi– hasta la venta a sectores más pudientes de lo que son los lugares de vida de muchos, el turismo es pura violencia.
La música de las cigarras, el olor a flor de coco y las ansias de un nuevo reencuentro familiar ya se sienten en el ambiente. Mientras cada hogar posee su propia costumbre navideña, las frenéticas compras se apropian de gran parte del mes de las fiestas.