27 de octubre de 2025
En la lista de anecdóticos sucesos políticos de los últimos tiempos, un común denominador resuena en esos discursos, decisiones, actos administrativos, judiciales o legislativos contrarios a los principios democráticos que enarbola la Constitución, y se resume en la siguiente frase: “Y a mí, qué”. Es la muestra palpable del desprecio a las leyes, al bien común, a la transparencia y la rendición de cuentas en una sociedad democrática, a la supremacía de la Constitución y a la seguridad jurídica. El ejemplo más reciente es la resolución del intendente de Caapucú Gustavo Penayo (ANR – cartista) en la cual prohibió actividades alusivas a Halloween en entornos públicos y privados, alegando que las mismas son contrarias a los valores religiosos. Si las autoridades de Caapucú creen que pueden pisotear nuestra Carta Magna a sabiendas, y aún así continúan en su propósito, ¿de que serán capaces en las próximas elecciones municipales?


El periodista le cuenta a la ciudadanía aquello que el poder no quiere que se sepa. Por ello molesta a los gobiernos; más aún a esos que tienen caracú autoritario. Por otra parte, un medio no es poderoso porque su dueño lo sea; es poderoso porque el público le cree. La adhesión del público es el único poder que tiene un medio. Es lo que hace posible su vigencia.

El ingeniero Hermann Pankow Noguera explicó que el cobro del peaje es una práctica inconstitucional, ya que está estipulada mediante un decreto y no por la Constitución. “Stroessner se dio a sí mismo un poder, en 1959, para fijar decretos”, agregó.

El abogado Walberto Alonso, asesor jurídico de la Municipalidad de Lambaré, sostuvo que pese a que están obligados a cumplir la nueva ley que regula las habilitaciones vehiculares, tiene muchos puntos cuestionables. Indicó que atenta contra la autonomía municipal prevista en la Constitución y que “hay puntos que deben ser revisados” en cuanto a los precios fijados.