27 de junio de 2025
A la espera del decreto que oficialice el nuevo salario mínimo que debe regir en julio próximo, desde el sector de trabajadores no pierden la esperanza de que el Ejecutivo apruebe una suba mayor a los G. 100.739, recomendada por el Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam).
El Consejo Nacional de Salario Mínimo (Conasam) se reunirá nuevamente hoy para analizar el reajuste que aplicaran al salario mínimo (SM) que regirá a partir del 1 de julio próximo. A mayo último la inflación interanual desde el último aumento, fue del 3,6%, por lo que se estima que el reajuste será en torno a G. 100.739, aunque también se analizará la propuesta de 15% solicitado por los trabajadores
Desde el 2016 (cuando entró en vigencia la actual ley), el salario mínimo legal se reajustó en 47%, de acuerdo al índice general de la inflación, en tanto que el índice de alimentos subió 72,6% en el mismo lapso, además de otros bienes. Expertos opinan que es necesario debatir sobre nuevos métodos de retribución y ajustes del salario.
El Consejo Nacional de Salario Mínimo (Conasam) se reunió ayer pero no hubo acuerdo aún sobre el reajuste para el salario mínimo (SM) que sería cerca del 3,6% de acuerdo al resultado de la inflación (en torno a G. 100.369 ) y que debe entrar en vigencia a partir de julio. Desde el sector de trabajadores cuestionan las cifras de inflación del BCP y piden que el reajuste sea por lo menos del 15%
Antes de la modificación del art. 255 y derogación del art. 256 del Código del Trabajo, el salario mínimo legal vigente establecido tenía una duración o vigencia de dos (2) años, prorrogable por otro periodo similar, salvo que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) o las partes interesadas (trabajadores y/o empleadores principalmente) solicitasen su modificación. Igualmente el art. 256 (actualmente derogado) requería la existencia de dos hechos puntuales para que la modificación del salario mínimo pueda observarse antes del plazo de vigencia; a) profunda alteración de las condiciones de la zona o industrias, motivadas por factores económico-financieros; y b) variación del costo de vida, estimada en un 10% cuanto menos.