BOQUERÓN. La Comunidad Pycasu, ubicada en distrito de Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, donde viven aproximadamente 230 familias, recibió en donación víveres no perecederos de parte de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y la Itaipú Binacional en una jornada en la que también solicitaron mantenimiento de sus caminos y otras mejoras.
Miembros de la comunidad Ára Pyahu, de Yhú, departamento de Caaguazú, se congregaron este jueves frente al Ferrocarril de Asunción para exigir al INDI que haga acto de presencia en la elección y reconocimiento de un nuevo líder para su grupo social. Reprocharon que la institución que en teoría los representa no visita la comunidad, pese a que hicieron el pedido hace ya un año.
En su inicio la corrupción se instala en la comunidad como una pequeña célula de trasgresión. Esa célula se propaga y va carcomiendo los tejidos sanos de los alrededores. De la trasgresión se pasa al delito y la metástasis continúa hasta llegar al crimen y someter moralmente a la sociedad mediante la edificación del miedo. El corrupto se integra al cuerpo social y lo pervierte totalmente. ¿Qué esperanza queda ante este panorama?
Las comunidades educativas son la estructura básica fundamental del sistema educativo nacional y de los procesos educativos. Sus miembros son los actores protagonistas esenciales de la educación pública y privada. Ellos son los cerebros implicados en la educación de todas y cada una de las instituciones educativas. Sin los miembros de las comunidades educativas no existirían ni las instituciones educativas, ni el sistema ni los procesos educativos.
La lideresa indígena Qom Bernarda Pesoa, de la comunidad de San Francisco de Asis, Benjamín Aceval, denunció que unos líderes varones de su zona la amenazaron de muerte. La mujer tiene audios y mensajes donde estos hombres le afirman que acabarán con su vida esta noche. El conflicto, según Bernarda, tiene como trasfondo unas plantaciones de eucalipto que un sector de la comunidad quiere realizar con la Fundación Paraguaya, pero el grupo de Pesoa defiende las tierras y el medioambiente.
En medio de las innumerables carencias que sufren, miembros de la comunidad indígena Naranjito, de Santa Rosa del Aguaray, no abandonan su lucha por brindarles educación a los más pequeños de su comunidad. Reclaman agua, aulas, docentes y atención sanitaria.