27 de septiembre de 2025
«La última vez que subí a este escenario», recordó el actor estadounidense Richard Gere, «fue para presentar a Dire Straits en el concierto de homenaje a Nelson Mandela. Ayer por Mandela, hoy por nuestros hermanos y hermanas de Palestina», sonrió, emocionado, entre fuertes aplausos. Él y muchos otros –King Krule, Gorillaz, Billie Eilish, Bastille, Peter Gabriel, Jamie XX, Benedict Cumberbatch, Annie Lennox, Brian Eno…– hicieron historia el miércoles en el Wembley Arena de Londres: «Together For Palestine».
Sin dudas que la civilización en la que estamos inmersos es fruto de una larga serie de grandes descubrimientos, avances y, aunque parezca absurdo, enormes contradicciones. La diversidad cultural, a la vez de enriquecer a los pueblos de la Tierra, también pone siempre en tela de juicio los valores que los humanos, o que muchos, consideran universales. Después de la Segunda Guerra Mundial, luego de que el mundo vio que filosofías como el nazismo o el fascismo exterminaban a los demás, por albergar en su seno creencias irracionales, líderes de las distintas naciones se unieron para que en 1948 se adoptara la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Un intento para poner fin a los genocidios y a los dirigentes liberticidas alrededor del globo.
«Panta rei», decía Heráclito, pero Heráclito es también el filósofo del «Hen-Panta», del «Uno-Todo». Nuestros usos dietético políticos están sometidos («panta rei») al orden del tiempo a tal punto que el mundo cultural en el que vivimos, nuestro hic et nunc, esta esquina de las coordenadas del tiempo y del espacio en la que estamos vivos, hace posible determinados tipos de alimento y determinados tipos de Gobierno, e imposibles (o incomibles) otros.
Días atrás, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México había anunciado el descubrimiento de una antigua ciudad maya de unos 1.400 años, aproximadamente, en la selva. La investigación del grupo arqueológico, que fue financiada por la National Geographic Society, encontró en Chactún, nombre con el que fue denominada, unas 15 pirámides, varias canchas donde se practicaba el juego de pelota, plazas y altas estelas esculpidas. Sin dudas, esto ayudará nuevamente a explorar la rica civilización maya, más allá de la pseudociencia de la cual se contaminó la sociedad mundial el año pasado.