15 de junio de 2025
Cuando un estudiante preguntó a la antropóloga estadounidense Margaret Mead (1901-1978) ¿Cuál fue el primer signo de civilización en la historia? Se barajaban muchas respuestas posibles, pero los presentes no se imaginaban la clase magistral que les brindaría a continuación.
«Panta rei», decía Heráclito, pero Heráclito es también el filósofo del «Hen-Panta», del «Uno-Todo». Nuestros usos dietético políticos están sometidos («panta rei») al orden del tiempo a tal punto que el mundo cultural en el que vivimos, nuestro hic et nunc, esta esquina de las coordenadas del tiempo y del espacio en la que estamos vivos, hace posible determinados tipos de alimento y determinados tipos de Gobierno, e imposibles (o incomibles) otros.
Días atrás, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México había anunciado el descubrimiento de una antigua ciudad maya de unos 1.400 años, aproximadamente, en la selva. La investigación del grupo arqueológico, que fue financiada por la National Geographic Society, encontró en Chactún, nombre con el que fue denominada, unas 15 pirámides, varias canchas donde se practicaba el juego de pelota, plazas y altas estelas esculpidas. Sin dudas, esto ayudará nuevamente a explorar la rica civilización maya, más allá de la pseudociencia de la cual se contaminó la sociedad mundial el año pasado.