Los incendios que han venido ocurriendo en diferentes puntos del país y que han tenido su punto álgido en el Chaco paraguayo, en donde persisten aún focos pequeños, han dejado tras de sí enormes pérdidas en recursos naturales. Uno de los coletazos de los siniestros ocurridos se ha sentido en la salud humana, ya que, de acuerdo a la opinión de los expertos, el humo de la combustión de cualquier tipo de material incinerado, entre ellos el de las quemas de biomasa, puede agravar dolencias diversas. Por supuesto, la fauna y la flora de las zonas afectadas han sido también gravemente afectadas. Los siniestros han sido dominados gracias a un gran esfuerzo combinado de institucionales nacionales, las fuerzas armadas, los cuerpos de bomberos, personal de blanco y pobladores, empeño que se vió beneficiado con oportunas lluvias. Esas acciones deben ser apoyados por todo el país.
Personal de la Secretaría de Emergencia Nacional, bomberos voluntarios y militares trabajan de forma coordinada para evitar que el fuego se extienda hacia el Monumento Nacional Cerro Chovoreca. El equipo se encuentra actualmente a seis kilómetros de la reserva, abasteciéndose desde establecimientos ganaderos ubicados en el lugar.
La ingeniera Cristina Goralewski, presidenta del Infona, nos brinda más detalles sobre los procedimientos realizados en torno a los incendios forestales en el Chaco, que aún no pudieron ser controlados. “Somos los más interesados en llegar a los responsables del hecho”, comentó.
El fuego en el Chaco aún no pudo ser controlado, por lo que la Fuerza Aérea puso a disposición helicópteros con sistema de recogida de agua. También pidieron a nivel internacional el préstamo de un avión hidrante, pero la respuesta se hace esperar porque los incendios forestales se han convertido en una crisis a nivel regional.
Desde el día viernes se registran focos de incendios de grandes proporciones en una de las reservas naturales de mayor extensión de nuestro país. Hasta el mediodía de este domingo el fuego ya destruyó más de 70.000 hectáreas de bosques, según reporte del Instituto Forestal Nacional. Bomberos, personales de estancias y militares luchan en busca de controlar la situación.
La fiscala Laura Ávalos presentó acusación contra un total de 10 extranjeros, cinco de ellos de nacionalidad boliviana y los otros cinco, de nacionalidad brasileña. Estos habrían reactivado la base de operaciones denominada “El Codo” de Sebastián Marset y Miguel Ángel Insfrán, (a) Tío Rico, para actividades ligadas al tráfico de drogas.