16 de agosto de 2025
La agroindustria de oleaginosas y cereales enfrenta en Paraguay un presente de grandes desafíos que aún limitan su verdadero potencial. La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), que recientemente celebró su 19° aniversario, llama a reflexionar al respecto. El gremio hace un llamado a la reflexión sobre los principales factores que siguen restringiendo el crecimiento sostenido del sector, pese a los avances conseguidos en los últimos años.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) reportó que la molienda registró hasta febrero pasado una caída del 10%, que coincide con las expectativas del sector respecto a que el procesamiento de granos seguirá estancado en el país. Desde el gremio, resaltaron que el gran desafío pendiente sigue siendo mejorar el posicionamiento de Paraguay en la industrialización de oleaginosas.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) destacó que, en el contexto actual, los números para procesar soja en Paraguay no resultan convenientes debido a la falta de una política industrial que permita a las aceiteras recuperar su competitividad. Recordó que una de las principales inequidades para el sector es la imposibilidad de recuperar los créditos fiscales del IVA al exportar productos industrializados.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) reportó que las aceiteras arrancaron el 2025 con un nivel de molienda que podría considerarse “normal”, atendiendo que se industrializaron 126.360 toneladas de granos, con un incremento interanual del 14%. No obstante, en el sector hay grandes expectativas de recuperar condiciones de competitividad y revertir el estancamiento en los volúmenes de procesamiento.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) hizo hincapié este miércoles en que si bien la agroindustria es uno de los pilares de la economía nacional, aún está lejos de aprovechar todo su potencial. Reclamó nuevamente la implementación de políticas industriales que permitan el fortalecimiento de las aceiteras y la ampliación de su impacto en el desarrollo del país.
La molienda de soja en Argentina rompió un nuevo récord al cierre del año pasado y su industria aceitera registró mejoras en la utilización de capacidad instalada, a partir de la importación de soja paraguaya, según se desprende del informe oficial del sector. En contraste, el procesamiento de oleaginosas en nuestro país atraviesa una situación crítica y las fábricas locales siguen reclamando la puesta en marca de políticas que les permitan recuperar sus condiciones de competitividad.