6 de agosto de 2025
Desde la ARP advirtieron que el sistema previsional y la salud pública atraviesan “una zona de riesgo”, instaron en la necesidad de acelerar la reforma en la Caja Fiscal que amenaza la estabilidad. El gremio también aprovechó la ocasión para elevar la preocupación por la baja del hato ganadero y el oligopolio que impacta en el precio
En Paraguay, la actual situación financiera de la Caja Fiscal se compone por un sector superavitario y los demás son deficitarios. A decir, el aporte de los empleados públicos es mayor a los haberes, por lo que presentan resultados positivos. Mientras que los maestros del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, así como en el último periodo, los magistrados judiciales y los docentes universitarios registran descalces, es decir, los haberes jubilatorios superan a las contribuciones.
El Tesoro Público ya llegó a inyectar a la Caja de Jubilaciones y Pensiones o Caja Fiscal, en poco más de 14 años, recursos provenientes de la recaudación de impuestos por G. 11,3 billones (US$ 1.497 millones al cambio presupuestado) para financiar el déficit que registra el sector de las fuerzas públicas. El saldo rojo en sector civil, por su parte, lo cubren con los fondos superavitarios de empleados públicos, que va disminuyendo cada año.
En su afán de congraciarse con los parlamentarios, Santiago Peña los hundió más todavía. Los humilló. Confesó que se merecen una propina porque todos los proyectos de leyes del Ejecutivo son aprobados. Y no cualquier propina. Se trata de mantener y aumentar los privilegios injustos de la jubilación. Además, lo dijo en momentos en que los jubilados de segunda clase viven alarmados ante el descalabro de las cajas de jubilaciones municipal, IPS y estatales. Como era de esperarse, ni un solo congresista se defendió de la acusación presidencial. Recordemos que los proyectos son aprobados por la aplanadora cartista sin debatirse siquiera. Se entiende, entonces, los aplausos de Peña.