Dos miembros del clan Díaz, una organización criminal dedicada principalmente al narcotráfico y al sicariato, surgida en el departamento de Canindeyú, fueron abatidos en un enfrentamiento armado contra la Policía en el distrito de Tava’i, departamento de Caazapá. Actualmente, siete miembros de la organización continúan prófugos.
Los propietarios de la empresa ganadera Santa Emilia SRL, en San Juan Nepomuceno, bloquearon parcialmente la nueva circunvalación de la ruta PY18 en protesta por la falta de pago total de la indemnización tras la expropiación de unas 10 hectáreas de su inmueble para la construcción de la vía. Afirmaron que la obra, recientemente habilitada por el MOPC, divide en dos el campo, afectando su infraestructura productiva.
El recién nombrado obispo de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, monseñor Miguel Ángel Cabello, destacó que una de sus principales tareas será la preparación de la Diócesis de Caazapá para su futura independencia. Aunque la separación de ambas jurisdicciones eclesiásticas se planteó hace años, aún no se ha concretado la designación de un obispo para Caazapá, por lo que la administración sigue a cargo de Villarrica.
Un hombre de la localidad de Yuty, departamento de Caazapá, denunció haber sido víctima de extorsión y tortura por parte de policías, supuestamente asociados a ‘un grupo poderoso’ que trata de desalojarlo del inmueble, que dice habitar con su familia desde hace más de tres décadas. Supuestamente recibió una propuesta monetaria para abandonar el terreno de aproximadamente 30 hectáreas y, al rechazarla, fue irregularmente aprehendido y torturado. La policía niega los hechos denunciados.
Mientras la sequía se vuelve cada vez más difícil, comunidades altamente vulnerables no solo logran tener campos productivos, sino que también contribuyen a rescatar bosques perdidos y hasta las abejas. Estas son historias de familias indígenas y campesinas que participan de dos esperanzadores proyectos que tienen como objetivo mitigar el impacto del cambio climático y fortalecer su resiliencia.
La población de abejas, guardianas de la biodiversidad, está en riesgo, debido a la expansión de los monocultivos y la consecuente pérdida de su hábitat. Su miel sustenta a familias campesinas, pero los panales fueron reemplazados por campos de soja. Sin embargo, hay esperanzas: comités de trabajadores apuestan por la apicultura para rescatar estos insectos esenciales, mejorar los cultivos y favorecer la recuperación boscosa, enfrentando así el cambio climático.