Más de una vez nos hemos visto en figurillas al tener que recibir visitas o huéspedes en casa, porque faltaba lugar, porque no teníamos suficiente confianza, porque era un familiar o un amigo, pero llegó sin avisar, etc. Esto se puede resolver manteniendo las ideas claras respecto a recibir gente en casa. El profesor Luis Arroyo Pérez, experto en etiqueta, nos da unas pautas para aprender y aplicar.
“¡Ya voy vieja! ¿Qué pio querés?”. Cuando un joven le dice esto a su mamá, nos preguntamos: ¿adónde fueron los buenos modales? Quizás muy lejos, pues ahora un simple pedido para ayudar en algo o saludar al que llega es realizado de mala gana. Aunque debemos reconocer que algunos indicios de cortesía todavía rondan en ciertos individuos.