17 de noviembre de 2024
La salud de los océanos no pasa por un buen momento. Los síntomas, en su mayoría originados y acelerados por el cambio climático, son preocupantes: aguas cada vez más ácidas y calientes, aumento del nivel del mar y sobreexplotación de los stocks marinos. Las consecuencias de la mala salud de los océanos amenazan a la seguridad alimentaria global, a la sostenibilidad del planeta y a los propios sistemas productivos y comerciales. Por eso, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, celebrada recientemente en Lisboa (Portugal), trató de repensar los modelos de desarrollo actuales en un escenario donde los recursos marinos están degradados.