15 de septiembre de 2025
La farándula alude al mundo del espectáculo. El Diccionario, en la cuarta acepción de dicha palabra, incluye “farsa” como su sinónimo. Farsa apunta a lo grotesco. Y pienso en nuestra política, que más allá de lo dramático, ronda lo farsesco, lo caricaturesco. La semana pasada el país se regodeó con sainetes protagonizados por intérpretes estrafalarios.
El presidente de Diputados, el cartista Raúl Latorre afirmó que, supuestamente, no tienen planeado emular en la Cámara Baja el adelantamiento de elecciones de mesa directiva “por paquete” hasta 2028, tal como hizo en el Senado, el cartista Basilio “Bachi” Núñez.
El presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre (ANR-HC), afirmó que están “a la espera” de la conclusión de la investigación penal contra Óscar “Nenecho” Rodríguez, por presunta corrupción. Igualmente, indicó que, en caso de confirmarse las acusaciones, debería existir un castigo correspondiente.
El senador colorado cartista Basilio Núñez, presidente del Congreso, dijo que la Fiscalía debe probar la acusación que presentó contra el exintendente cartista de Asunción Óscar “Nenecho” Rodríguez, por supuesta lesión de confianza y asociación criminal. Buscó desviar la atención hacia el exintendente opositor de Ciudad del Este Miguel Prieto y negó planear operar para proteger a Rodríguez de la Justicia.
El senador opositor Eduardo Nakayama comparó el argumento del oficialismo de buscar “estabilidad” en el Senado con la reelección del cartista Basilio “Bachi” Núñez como presidente del Congreso hasta 2028 con los argumentos que usó el dictador Alfredo Stroessner para perpetuarse en el poder. “Son signos inequívocos de autoritarismo”, advirtió.
La modificación realizada al reglamento del Congreso por la aplanadora cartista y sus aliados, al solo efecto de permitir la reelección de Basilio “Bachi” Núñez como presidente de la Cámara de Senadores hasta el 2028, solo demuestra que la perpetuidad en el poder es una de las mieles a la que más les gusta aspirar. Este deseo insaciable de quedarse con todo colisiona con cualquier principio democrático, ya que impide la alternancia, el pluralismo, la participación equitativa y solo es equiparable con aquellos que han pasado a lo largo de la historia como dictadores perpetuos, ávidos del copamiento absoluto de poder y enemigos del disenso. En este caso, estamos ante lo que parece una dictadura parlamentaria que con fuerza se va consolidando y, en consecuencia, va desplazando cada vez más al presidente Santiago Peña del poder.