15 de junio de 2025
El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, expresó su preocupación por el aumento de los hechos de violencia social en el país y, en especial, por los casos de feminicidio que siguen enlutando a las familias paraguayas. Pidió trabajar por la unidad, la paz y el respeto a la vida en todos los espacios. Fue durante la misa central en el santuario de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé.
El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, lanzó un llamado urgente a la conciencia moral de la nación. Denunció que Paraguay vive “ahogándose en un mar de corrupción” y cuestionó a la sociedad por alejarse de los mandamientos de Dios y de los valores fundamentales. Fue durante la misa oficiada en la basílica de Nuestra Señora de los Milagros.
El rector del Santuario de la Basílica de Caacupé, Pbro. Rubén Ojeda, volvió a solicitar a los vendedores ambulantes que respeten la explanada de la iglesia y eviten instalarse en ese espacio destinado a la oración y a la peregrinación de los fieles. La petición surge tras recibir reiteradas quejas de feligreses y turistas que visitan la capital espiritual del país, quienes manifestaron su incomodidad ante la presencia desordenada de comerciantes informales en la zona sacra.
La Iglesia que peregrina en Caacupé celebrará este sábado 3 de mayo la ordenación diaconal de los seminaristas Leonardo Martínez y Julio Martínez. La ceremonia tendrá lugar a las 9:00, en la Basílica Santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, y será presidida por el obispo diocesano, monseñor Ricardo Valenzuela.
Fieles de diferentes puntos del país se acercaron a Caacupé durante la jornada del miércoles pasado y de este domingo para rendir homenaje al Papa Francisco. La fotografía colocada en el Santuario se convirtió en un punto de oración y emoción para quienes quisieron despedirse del querido Santo Padre.
El padre Carlos Medina, religioso carmelita, en su homilía recordó el inmenso testimonio de fe, entrega y amor apasionado de Chiquitunga por Jesús y la Iglesia. Fue durante la misa del Segundo Domingo de Pascua, también conocido como Domingo de la Divina Misericordia, celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé.