24 de noviembre de 2025

La informalidad laboral continúa siendo uno de los rasgos estructurales más persistentes de América Latina y el Caribe (ALC). A pesar de los avances económicos registrados en distintos países, una parte significativa de la población ocupada sigue desempeñándose en condiciones que limitan su acceso a derechos básicos y a mecanismos de protección social. Analizar este fenómeno desde diferentes enfoques permite comprender mejor su magnitud y sus implicancias para el desarrollo de la región.


El progreso financiero se refleja no solo en la cantidad de cuentas abiertas, sino también en la diversidad de herramientas disponibles. En 2024 y de acuerdo con el Banco Mundial, 40% de los adultos en economías de ingresos bajos y medios declaró haber ahorrado a través de una cuenta formal, cifra que marca un salto importante respecto a años anteriores. La tecnología móvil es un factor determinante en este cambio: unos 900 millones de adultos sin cuenta poseen teléfono móvil, y más de la mitad de ellos posee un teléfono inteligente, lo que abre ventana de oportunidades para ampliar la bancarización mediante servicios financieros digitales.

En las áreas urbanas emergen dinámicas complejas. Asunción, la capital del país, con una tasa promedio de 7,3%, oculta contrastes extremos entre barrios: Mburicao registra 0,03% de pobreza, mientras que en San Miguel asciende a 42,5%. Estas diferencias reflejan procesos de segregación socioespacial que requieren políticas diferenciadas dentro de una misma ciudad, destaca el “Mapa de Pobreza Monetaria Distrital del Paraguay” presentado esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en colaboración con el Banco Mundial (BM).

El mapa de pobreza monetaria distrital, presentado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), revela que Paso Barreto, del departamento de Concepción, es la localidad con mayor nivel de pobreza dentro del ranking de 17 distritos más pobres del país; mientras que Fernando de la Mora, del departamento Central, encabeza la lista de 8 localidades con menor nivel de pobreza.

Un estudio reciente del Banco Mundial (BM) y UNICEF revela que aproximadamente 412 millones de niños menores de 18 años en el mundo viven en hogares con ingresos inferiores a 3 dólares diarios en 2024. Aunque desde 2014 la pobreza infantil extrema ha disminuido, cuando alcanzaba los 507 millones la reducción ha sido más lenta que en la población adulta. Los niños representan más de la mitad de las personas en pobreza extrema, pese a constituir solo el 30% de la población mundial.

En la última década, la clase media en América Latina y el Caribe (ALC) mostró un avance sostenido, consolidándose como un segmento clave de la estructura social de la región. De acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), en 2015 la clase media representaba 36,7% de la población, cifra que fue aumentando de manera gradual hasta situarse en 40,3% en 2024. Este incremento de casi cuatro puntos porcentuales refleja una mejora relativa en las condiciones de vida, en un contexto donde la pobreza se redujo y la vulnerabilidad se mantuvo relativamente estable.