1 de diciembre de 2025

La Cámara de Senadores analizará esta semana en sesión extraordinaria el proyecto del Presupuesto General de la Nación (PGN) 2026, y deberá definir sobre el aumento aprobado en Diputados de más de G. 199.215 millones (US$ 25,2 millones al cambio presupuestado). Se espera que mañana la comisión de Hacienda de la Cámara Alta emita su dictamen y se de tratamiento el jueves.

Como era previsible, la suba salarial en beneficio del Presidente y del vicepresidente de la República, así como de los ministros y viceministros del Poder Ejecutivo, incluido en el proyecto de ley sobre el Presupuesto nacional presentado por el nuevo Gobierno, ya ha generado unos cuantos pedidos similares de otras entidades públicas. Es así que la Corte Suprema de Justicia solicitó que el sueldo de sus miembros y demás integrantes del Poder Judicial tengan también importantes aumentos. Puede decirse que la conocida morosidad y el prevaricato en favor de los poderes políticos y económicos no responden necesariamente a los bajos sueldos o a la infraestructura inadecuada, sino más bien a la ausencia de la fortaleza moral requerida para impartir justicia, aunque exista todo un Código de Ética Judicial.

El ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, justificó el aumento de salario del presidente de la República, el vicepresidente, los ministros y viceministros. Argumentó que existía un gran desequilibrio en el presupuesto, pues había directores que estaban ganando más que el propio mandatario. Añadió que el salario del Ejecutivo estaba desfasado desde hace por lo menos seis años.
El Poder Legislativo tiene el privilegio, por así decirlo, de conceder aumentos salariales a sus funcionarios y contratados. Siempre que su decisión no sea vetada por el Ejecutivo, el personal favorecido acrecerá sus ingresos a expensas de los contribuyentes y del equilibrio presupuestario, sin que sus servicios beneficien en muchos casos a la población. La calidad de su “trabajo” solo es juzgada por los parlamentarios, que cuentan con unos “cupos” para incorporar a la clientela respectiva, al margen de la Ley de la Función Pública. En la práctica, no todos necesitan asistir al Palacio Legislativo, aunque lo mismo cobran a fin de mes, pero los que sí concurren bastan para atiborrar los pasillos, pues son nada menos que 2.758 los allí ubicados, lo que equivale a 22 por cada congresista. En su enorme mayoría, han sido contratados sin que hubiera una “necesidad temporal de excepcional importancia para la comunidad” o nombrados sin un previo concurso de oposición, como exige la ley violada en toda la administración pública.
Cinco exfuncionarios municipales fueron condenados, la semana pasada, por un caso de robo de combustibles de la Comuna, ocurrido en el año 2019. Es sin dudas un paso importante en la lucha contra los delitos en las instituciones del Estado, un despreciable vicio que se convirtió literalmente en un deporte nacional, debido a la impunidad que usualmente corona los delitos contra el patrimonio público.
Varios exministros de Hacienda se reunieron este martes con autoridades actuales de esa cartera para analizar el proyecto del Presupuesto General de Gastos de la Nación 2023. Pidieron tener “prudencia”, ya que la propuesta presentada ya está “desfinanciada” y “se puede desfinanciar aún más”.