2 de abril de 2025
Pese a la grave crisis de justicia y al pedido del Ministerio de Hacienda para rechazar la norma, el Senado aprobará mañana con modificaciones el proyecto de ley que pretende dar un aumento salarial para 1.780 asistentes fiscales que pasarán a percibir G. 9.200.000, que se aplicará de forma gradual en tres años. Así lo recomendó la comisión de Hacienda.
El senador opositor Eduardo Nakayama dijo que aumentar el salario de los parlamentarios no era una necesidad urgente y argumentó que la ciudadanía espera más “empatía” de sus parlamentarios ante las carencias que enfrenta el país. Además opinó que, a pesar de que el desbloqueo de listas para elegir a parlamentarios ha resultado en un Parlamento más representativo, el actual Congreso es “uno de los peores que tenemos”.
El expresidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y del Instituto de Previsión Social (IPS), el ingeniero Pedro Ferreira, se pronunció con contundencia contra el autoaumento salarial aprobado por los parlamentarios, calificándolo como una “incoherencia” y un acto que evidencia el interés personal de algunos políticos por encima del bienestar ciudadano.
El economista y exministro de Hacienda Dionisio Borda se sumó a las críticas al Congreso Nacional por las autoasignaciones y beneficios extraordinarios aprobados en la Ley del Presupuesto 2025 y añadió que esta vez los legisladores “llegaron al límite inimaginable”. Es una afrenta y provocación a los ciudadanos” afirmó.
Con los autoaumentos de G. 6.000.000 más otros beneficios adicionales asignados en el proyecto de Ley del Presupuesto para el 2025, legisladores perderían “autoridad moral” para plantear las reformas urgentes, entre ellas la de la deficitaria Caja Fiscal. Esto genera preocupación por los recursos que destina el fisco para cubrir este millonario déficit.
Marcelo Medina, un herrero en silla de ruedas, denuncia el abandono estatal hacia las personas con discapacidad, mientras los parlamentarios aprueban un polémico aumento salarial. Lamentó que el paupérrimo subsidio que recibe con sus cuatro hermanos, también con discapacidad, no les alcanza para hacerse las fisioterapias requeridas, además también para sobrevivir. No les queda de otra que perder la esperanza y pedir trabajo, señaló.