21 de mayo de 2025
El 2020 será inolvidable. El coronavirus paralizó el globo terráqueo y confinó a miles de millones de habitantes. Así como la salud y la economía, el deporte también sufrió la pandemia. Nada fue igual y lo que llamábamos “normalidad” seguirá postergada. La temporada, a consecuencia de la enfermedad, quedó marcada por las suspensiones. Cientos de eventos, muchos tradicionales y otros no, tuvieron que ser postergados. Algunos se reanudaron en modo covid, otros siguen pendientes de la situación epidemiológica, mientras en algunos casos, como en los Juegos Olímpicos, la competencia no puede padecer una nueva cancelación.
A la intensa sequía y bajante del río Paraguay, se sumaron los focos de calor, que en su mayoría fueron incendios forestales de importantes proporciones y que en algunos casos, se constituyeron en tragedias ambientales. Esto agravó la contaminación del aire y acentuó además la alta temperatura sobre el territorio nacional, una combinación que para muchos fue percibida como un verdadero año infernal.
La detención del astro del fútbol, el brasileño Ronaldinho Gaúcho, la desaparición de la niña francesa en Emboscada, la fuga de 76 presos de la cárcel de Pedro Juan Caballero, la captura del sicario de Pablo Medina, el hallazgo de un laboratorio de droga en el penal de Tacumbú y la incautación de 2.906 kilos de cocaína en Villleta, fueron los hechos más resaltantes en el ámbito judicial-policial este año.
En el 2020, con la suspensión de las clases presenciales, la educación pasó a ser “virtual”. Lejos de la tecnología imaginada, para la mayoría de los estudiantes, esto significó recibir las tareas por WhatsApp o en fotocopias, sin apoyo. Las voces se repiten al unísono: los chicos fueron promovidos, pero nadie está seguro de cuánto aprendieron.
El planeta vio alterado profundamente su transcurrir por efecto de la pandemia, mientras otros diversos hechos y circunstancias iban dibujando lo que será, sin duda, uno de los años más singulares del aún novel siglo XXI. El mundo, entre tanto, se encomienda a la ciencia que avanza en busca de una luz para la humanidad.
La pandemia de covid-19 no logró opacar a otros virus más antiguos y hasta el momento sin cura ni vacuna en nuestro país: la corrupción e impunidad. Antes de que termine el año, se dio el mayor blanqueo: una pena ínfima a los acusados del caso Audios Filtrados, liderados por Óscar González Daher. Lo que nos enseñó también este año es que la miserabilidad de los corruptos no perdona ni siquiera la peor situación sanitaria y económica en mucho tiempo, ya que no solo intentaron robar dinero destinado a insumos, sino arriesgaron la vida de muchos con compras defectuosas. Así lo demuestran casos como el de los “Tapabocas de oro”, del “Agua Tónica de Petropar” o de los “Insumos Chinos” del Ministerio de Salud.