19 de noviembre de 2025

El acceso a los alimentos depende en gran medida de los recursos financieros y físicos de los hogares, lo que permite asegurar una dieta adecuada y estable. Sin embargo, los efectos del cambio climático y los desastres naturales ponen en riesgo este acceso, principalmente a través de dos vías: la disminución de los ingresos rurales -debido a la caída de la productividad agrícola- y el aumento de los precios de los alimentos como consecuencia de una menor disponibilidad de productos. Ambos fenómenos, estrechamente vinculados, tienen implicaciones directas sobre la pobreza y la seguridad alimentaria, especialmente en los países en desarrollo.


El grupo de alimentos nuevamente fue el que más peso tuvo en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, destacándose los incrementos en la carne, huevos, lácteos, café. Sin embargo, la baja del dólar y del precio del combustible, ayudaron a compensar el resultado general de inflación que fue del 0,1% mensual y 4,6% anual.


En tanto que la mayoría de las consultoras ya vienen ajustando sus proyecciones económicas ante mejor desempeño en industrias, ganadería y servicios, la percepción de los consumidores sigue en deterioro, y no sale de la franja de pesimismo. Expertos explican que esto se debe a la alta informalidad, bajos ingresos y las presiones inflacionarias, sobre todo en alimentos.