Teniendo la posibilidad de salvar la transparencia vetando el único artículo cuestionado, el Nº 24 (ver infografía), el presidente Peña optó por convertirse en verdugo del acceso a información pública, algo que en discursos decía defender, pero en la práctica ya se encargó de atacar sistemáticamente, sobre todo para evitar que se sepa sobre su repentina fortuna, respecto al caso de los “Sobre del Poder”, entre otras tantas ocasiones.

“El presidente de la República, Santiago Peña, promulgó la Ley de Protección de Datos Personales, luego de un proceso legislativo de más de 4 años. Con esta decisión, saldamos un vacío normativo en la protección de uno de los derechos más fundamentales de nuestros ciudadanos”, comunicó en la noche del jueves la cuenta oficial de la Presidencia de la República tras la promulgación.
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“‘Proceso legislativo de 4 años’. La propuesta aprobada finalmente se presentó 5 minutos antes en la última sesión del 2024, dejando de lado el proyecto original que sí se trabajó esos años”, recordó ayer el diputado Raúl Benítez (Independiente), evidenciando apenas la última de las mentiras de Peña intentando justificar la realidad, que será recordado como el asesino de la transparencia.
Por ejemplo, en abril de 2016, cuando aún era ministro de Hacienda en el Gobierno de Horacio Cartes (periodo 2013-2018), ante un foro de empresarios en Uruguay decía defender la transparencia pública y hasta alegaba que era un camino sin retorno, cuando en realidad, al promulgar la ley de datos personales terminó sentenciando a muerte a más de una década de logros ciudadanos.
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“Los seres humanos somos buenos por naturaleza, pero cuando nos controlan, nos portamos mucho mejor” y “el acceso a la información pública, la rendición de cuentas, la participación ciudadana es un bien que no tiene retorno”, es lo que decía en aquel entonces durante la conferencia internacional “Cuentas Claras. Gobernabilidad para el crecimiento con equidad en América Latina y el Caribe”, organizada por el Banco Mundial (BM).
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Ya siendo presidente de la República, siguió con ese discurso para afuera, ya que en noviembre del año pasado ante invitados internacionales para el “Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información con Fines Fiscales” también decía ser promotor de la transparencia.
“En el Paraguay sabemos que la transparencia no es un simple ideal abstracto, sino el cimiento de todo gobierno legítimo y efectivo” y “el Paraguay quiere estar en la primera fila del ejército de la transparencia. No solo hoy, el compromiso -en mi caso personal- va mucho más allá”, había dicho.
De sus propios dichos y más con sus acciones (principalmente con la promulgación) se puede entender que atentó contra los “cimientos de todo gobierno legítimo” y que su “compromiso personal” sirve para nada.
Ley mata la transparencia
Discursivamente Peña utiliza el supuesto afán de defensa del derecho a la protección de datos personales como motivo de su decisión, pero lo que no cuenta es que la consecuencia real es la protección a funcionarios corruptos.
Esto ya que el artículo 24 lo que hace es cercenar otro derecho ciudadano (fundamental y de rango constitucional) como es el de requerir datos públicos y la obligación de mayor escrutinio que tienen los funcionarios estatales al ser pagados por el ciudadano.
La ley promulgada “da al poder político un amplio margen de discrecionalidad para denegar información, cuando se trata sobre todo de personas públicas. Mata la transparencia, es una de tantas leyes que desmontan todos los avances que en cuanto a transparencia e integridad que se han tenido a lo largo de estos años”, señaló por su parte el senador Rafael Filizzola (Partido Democrático Progresista).
En pocas palabras, con la ley avalada por Peña, él mismo podría oponerse a que se publiquen datos que considere “personales”, como son las visitas de su exsocios comerciales a Mburuvichá Roga fuera de agenda o datos de sus viajes al exterior.
También, cualquiera de los “nepobabies” con sospechas de planillerismo podría pedir que se deniegue su registro de asistencia o la publicación de sus salarios.
Por otra parte, apenas asumió Peña, este ya empezó a arrasar leyes pro transparencia, como la de conflicto de intereses y contra las puertas giratorias, cerró la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) y mantuvo el puenteo a Contraloría a través de los Tribunales de Cuenta.
