La senadora opositora Celeste Amarilla (PLRA) criticó duramente el evento, destacando la insensibilidad de mostrar lujo en un país donde gran parte de la población sobrevive con menos del salario mínimo.
“Muchas cosas se compran con dinero, pero otras no: el calor popular, la belleza, el respeto social. Y cuando el dinero proviene del Estado, la ostentación termina exponiendo a las familias al escarnio público”, sostuvo Amarilla, sin acusar directamente de corrupción, pero advirtiendo que los altos salarios en entidades como Itaipú generan irritación social.
Amarilla también apuntó directamente a la diputada Rocío Abed. “Permanentemente agrede desde una clase social alta disfrazada. No deja de ser una lumpen burguesa", dijo.
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Semanas atrás la diputada cartista afirmó que no hay crisis porque la gente toma latte y come cheesecake. La senadora pidió a la familia Zacarías Abed más mesura: “Deberían hacer sus fiestas más discretas o cerradas. El pueblo se siente ofendido”.
<b>Beto Ovelar responde con críticas a Amarilla</b>
El senador cartista Silvio “Beto” Ovelar no negó su participación en la fiesta y, aunque restó importancia al evento, centró su respuesta en una crítica personal a la senadora Amarilla, acusándola de hipocresía.
“Sí estuve en el cumpleaños. No tomé vino caro porque no sé tomar, para mí da igual el Uvita o el otro (Don Melchor G. 1.300.000 y G. 1.400.000 cada botella). Pero que Celeste Amarilla critique la ostentación siendo ella misma quien ostenta carteras Gucci, cinturones Chanel, y ropa que cuesta más que un auto, es incoherente.”
Ovelar intentó minimizar la polémica, afirmando que hay temas más importantes para debatir. “Jahapa la vyrorei lo mita (dejemos de hablar pavadas)”.
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Semanas antes del festejo, la diputada Rocío Abed había minimizado la crisis económica en la sesión de Diputados, diciendo que si había fila para tomar café con cheesecake, no podía haber crisis. Este comentario, sumado al fastuoso cumpleaños, encendió aún más las críticas hacia el matrimonio Zacarías Abed.
Análisis: ¿Desconexión del poder con la realidad social?
La polémica evidencia la creciente brecha entre los sectores privilegiados del Estado y la ciudadanía. En un país con altos índices de pobreza y precarización laboral, las muestras públicas de lujo por parte de funcionarios y sus familias generan indignación y cuestionamientos éticos.
Mientras Paraguay enfrenta desafíos económicos profundos, figuras del poder parecen seguir celebrando con lujos desmedidos.