La captura de Othman El Ballouti –uno de los narcotraficantes más buscados por Bélgica–, ocurrida en diciembre último en Dubái, revela el clima de presión que rodea a Sebastián Marset, como su reciente inclusión en una “lista negra” de la DEA, además de la delación efectuada por Federico Santoro.
El Ballouti, de nacionalidad belga y de familia originaria de Marruecos, era un importante miembro de la Mocro Maffia, apodo dado por las autoridades neerlandesas. La organización, compuesta en su mayoría por criminales de ascendencia marroquí, junto a holandeses, antillanos, turcos y albaneses, controla aproximadamente un tercio del mercado europeo de cocaína.
Vínculo con Marset
Según las investigaciones y datos ya considerados en la causa A Ultranza Py, en abril de 2021 el belga fue el destinatario de un gigantesco cargamento de 10.964 kilos de cocaína que fue interceptado en el puerto de Amberes, Bélgica. Según la justicia de ese país, la carga pertenecía directamente a Sebastián Marset.

La droga, oculta en un contenedor de cuero azul, había sido embarcada dos meses antes desde el Puerto de Villeta, Paraguay, a nombre de la empresa Neumáticos Guairá, ubicada en Pedro Juan Caballero y propiedad de unos brasileños.
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La organización de Marset, en sociedad con Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, se consolidó en Paraguay entre 2018 y 2022. Según las investigaciones, entre 2021 y 2022 la red criminal habría movido más de US$ 450 millones a Europa y África.
Mensajero delator
Los mensajes interceptados por Europol a través de SkyECC entre 2020 y 2021 fueron cruciales para la detención de El Ballouti, Federico Santoro y otros. Marset enviaba fotos de los paquetes de cocaína a Santoro a través de SkyECC para informarle sobre los cargamentos en camino. El Ballouti figuraba en mensajes como “Patrón” o “Big Brother”, dando instrucciones para el envío de toneladas de cocaína a Europa.
Antecedentes
Othman El Ballouti, de 38 años, conocido como el Barón o Rey de la Cocaína, inició su carrera criminal en el puerto de Amberes, donde de joven ya trabajaba extrayendo cocaína de contenedores.
Para disimular sus acciones, Othman se hacía pasar como un empresario legítimo de relojes de lujo.
En septiembre de 2024, fue condenado en ausencia en Bélgica a siete años de prisión por la importación de 840 kilogramos de cocaína desde Ecuador.
En el ocaso de su carrera criminal, Othman se trasladó a Dubái, donde fue detenido en diciembre del 2024.
Su hermano menor, Younes El Ballouti, conocido como El Mágico, fue condenado en ausencia en 2023 a ocho años de prisión en Bélgica por su implicación en tráfico de drogas.
Monitoreo de EE.UU.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU. incluyó a Othman El Ballouti en su lista de sancionados en julio de 2023. Desde entonces sus demás socios cayeron en desgracia. El belga fue señalado por dirigir una organización criminal internacional dedicada al contrabando y distribución de cocaína en Europa. Además, sus redes de lavado de dinero aparecen vinculadas a empresas en la República Popular China y proveedores sudamericanos.
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Uno de ellos era el ecuatoriano Wilder Emilio Sánchez Farfan, alias Gato Farfán, quien fue detenido en Colombia en febrero del 2023 y extraditado a EE.UU. en enero del 2024.
Sánchez Farfán recientemente asumió haber traficado 450 kilogramos de cocaína hasta EE.UU. entre 2016 y 2023 y ser líder de una organización criminal. Su declaración la hizo ante la justicia estadounidense el 8 de mayo último.
También en mayo, Federico Santoro, considerado el brazo derecho y administrador financiero de Marset, era una pieza clave, se declaró culpable ante la justicia de EE.UU. de una conspiración de lavado de dinero.
Además, la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. incluyó a Sebastián Marset en su lista de fugitivos más buscados, luego de que el Gobierno estadounidense anunciara una recompensa de US$ 2 millones por información que lleve a su arresto o condena.