El caso más memorable en la historia de la transición democrática involucra al “Tendota” Nicanor Duarte Frutos, expresidente (2003-2008), quien obtuvo fallos favorables para violar la Carta Magna al buscar su reelección, ser titular de la ANR y ser senador activo en 2008 y en 2018, esto último violando el Art. 189 de la Constitución Nacional.
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En 2008 nunca pudo jurar porque la mayoría del Senado se lo impidió durante años. En 2018 quedó con cara de sorprendido cuando su reemplazante, Mirtha Gusinky, juró a su lado.
Horacio Cartes también tuvo fallos favorables para ser electo senador activo en 2018 pese a que la Constitución lo prohíbe. En 2022 renunció a su intención tras ser declarado significativamente corrupto por EE.UU.
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Tanto el caso Duarte Frutos como el de Cartes dejaron en evidencia la forma en que los ministros de la Corte están sometidos al poder de turno.
En 1999 el Congreso, entonces liderado por Juan Carlos “Calé” Galaverna (ANR), impidió al colorado Alejandro “Jonny” Velázquez Ugarte, senador suplente, jurar como activo, en represalia a su supuesta cercanía a Lino Oviedo.
Más recientemente Rafael “Mbururu” Esquivel fue electo senador por el partido Cruzada Nacional en 2023 estando preso por un ataque en una propiedad rural y por un caso de presunto abuso de menores.
El Senado lo excluyó y se hizo “correr la lista” en lugar de llamar al primer suplente, beneficiando así al polémico senador Javier “Chaqueñito” Vera, que se convirtió enseguida en satélite del cartismo.
Un caso breve y particular ocurrió con Salyn Buzarquis (PLRA), quien antes del juramento en 2023 cayó enfermo de apendicitis y tuvo que jurar una semana después, cuando aún estaba de reposo.