Marset cayó en el radar de los EE.UU. por transferencia de Portugal a China

Una transferencia bancaria desde Portugal hasta una empresa en China fue la pista clave que llevó al Departamento de Justicia de Estados Unidos a vincular al presunto narco uruguayo Sebastián Marset con el sistema financiero norteamericano. Esta maniobra incluyó el uso de empresas registradas en Asia y facturas falsas.

Federico Santoro Vassallo, Alberto Koube y Sebastián Marset (de espaldas) en una confitería de Asunción.
Federico Santoro Vassallo, Alberto Koube y Sebastián Marset (de espaldas) en una confitería de Asunción.Gentileza

Sebastián Marset y Federico Santoro fueron acusados formalmente en marzo de 2024 por el delito de conspiración para cometer lavado de dinero ante la Corte del Distrito Este de Virginia, Estados Unidos.

Según la acusación presentada por la Fiscalía de los Estados Unidos, entre noviembre de 2019 y septiembre de 2021, ambos participaron en una organización transnacional que recolectaba ganancias del narcotráfico en Europa –principalmente en euros– y las canalizaba hacia Sudamérica y Asia a través de transferencias electrónicas internacionales.

Uno de los hechos que permite la jurisdicción del tribunal estadounidense es que al menos una de estas transferencias fue procesada a través del servidor de un banco corresponsal ubicado en Richmond, Virginia, lo que activa la legislación federal sobre lavado de activos al haber sido utilizado el sistema financiero de Estados Unidos.

Los fondos eran recolectados por emisarios que, en algunos casos, recogían maletas con dinero en efectivo al borde de calles públicas en Europa. Estos montos luego eran introducidos en el sistema bancario mediante empresas fachada registradas en sectores económicos no vinculados entre sí.

Según la documentación, en total se emplearon al menos siete empresas en distintas jurisdicciones –incluyendo países de Asia como China– y usaron facturas falsas para justificar las transferencias electrónicas.

El rol de Santoro en la estructura financiera

De acuerdo con el documento judicial, Federico Ezequiel Santoro Vassallo, alias Capitán, operaba desde Paraguay como lavador de dinero y estaba en comunicación directa con Marset. Su función era recibir las ganancias del narcotráfico y canalizarlas, principalmente en dólares, mediante operaciones electrónicas en bancos internacionales. En varios casos, Marset instruía directamente a Santoro sobre los montos y las cuentas de destino.

En una operación específica de enero de 2021, Marset esperaba más de 17 millones de euros por un envío de cocaína. De ese total, al menos 5 millones fueron efectivamente lavados, y la mayor parte de esa operación utilizó el sistema bancario estadounidense.

Según la acusación, Santoro movilizó al menos 8 millones de dólares en menos de cinco meses como parte del esquema, dispersando los fondos en múltiples cuentas bancarias a nombre de distintas empresas pantalla.

La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos incluyó a Sebastián Marset en su lista de fugitivos más buscados.
La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos incluyó a Sebastián Marset en su lista de fugitivos más buscados.

Antecedentes

Santoro era el encargado del ámbito financiero del esquema criminal y de narcotráfico que fue desmantelado en el megaoperativo antidrogas “A Ultranza”, durante el cual fue detenido en agosto del 2023. La organización, en la que Santoro era administrador financiero, era liderada por Marset y Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico.

Recientemente, Santoro se declaró culpable de lavado de dinero del narcotráfico en los EE.UU.

La arquitectura del delito

La red utilizaba la aplicación de mensajería encriptada Sky ECC para coordinar los movimientos tanto de cocaína como de dinero.

Sebastián Marset enviaba fotos de los cargamentos y órdenes cifradas a Santoro, quien se ocupaba de organizar la logística financiera. Para verificar las entregas en efectivo, se usaban códigos de billetes: fragmentos del número de serie funcionaban como clave de autenticación entre los emisarios y los recolectores del dinero.

El dinero era trasladado entre jurisdicciones a través de una red de bancos europeos, empresas en Asia y corresponsales bancarios estadounidenses, combinando mensajería segura, logística encubierta y facturación falsa con el objetivo de evitar ser detectados.

Enlance copiado