Un nuevo incidente en el pleno protagonizó -impunemente- el diputado Jatar Fernández en Cámara de Diputados, que motivó primeramente un cuarto intermedio, y luego, fue aprovechado por los cartistas para rabonear y dejar sin quorum la sesión ordinaria, cuando se encontraban “contra las cuerdas” en el espacio de oradores por las críticas de la oposición a los pedidos de intervención de municipios y por los viajes de Santiago Peña.
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El incidente se originó cuando la diputada Leidy Galeano (Yo Creo) intervino en la etapa de oradores para cuestionar duramente la actuación del contralor Camilo Benítez, por plantear, a su criterio de manera ilegal y a modo de “garrote político”, la intervención a la administración de Miguel Prieto (Yo Creo) en Ciudad del Este.
Como de costumbre, Jatar Fernández, sin tener uso de palabra, empezó a vociferar contra su colega, interrumpiéndola en el uso de palabra, y luego incluso acercándose de manera intimidatoria hasta su curul.
Todo esto ante la mirada del presidente interino de sesión, el diputado aliado cartista y colega de bancada de Jatar, Carlos Arrechea (ANR, B), que trató de calmar los ánimos, pero al verse sobrepasado, solicitó un cuarto intermedio de unos minutos.
La diputada opositora Johanna Ortega (Partido País Solidario) reclamó que esta actitud violenta y prepotente de Jatar ya es reiterativa, y que no podría seguir siendo soportada, sin embargo, el presidente ni siquiera llamó al orden (figura reglamentaria) a su colega “Oso” Fernández.
Tras retornar del cuarto intermedio, Galeano terminó su intervención, y tomó la palabra al diputado Rubén Rubin, que dirigió su crítica al viaje del presidente Santiago Peña a Japón y el millonario gasto en el stand de Paraguay en la “Expo Mundial Osaka 2024″.
Reiterada actitud impune
La actitud violenta y patoteril de Jatar Fernández es reincidente y, pese a ello, hasta ahora sin consecuencias ni castigo para el mismo, pese a que el reglamento obliga expresamente al respeto entre colegas.
En pasadas sesiones, ya hizo lo mismo -interrumpió a colegas- y en ese caso, fue el diputado Guillermo Rodriguez (Yo Creo) el que pidió la intervención a la presidencia de la Cámara.
Anteriormente, también casi llegó a golpes de puños con su colega Raúl Benítez (independiente), por el simple hecho de que este último solicitó informes sobre el cuestionado “Oso bus”, un colectivo supuestamente de operación nocturna en Central que implementó Fernández, pese a no tener permisos de los órganos estatales y al que luego debió “recular”.
El mismo también tiene denuncias de este tipo de actitud fuera de la Cámara, incluido en conflictos por propiedades.