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Tras la resolución conseguida por el cartismo y sus aliados en la Cámara de Diputados en un debate que duró casi una hora, para finalmente decidir, con la excusa de la supuesta “ideología de género”, la modificación del nombre de la Comisión de Equidad y Género, varias voces se levantaron criticando no solo la medida, sino algunos discursos para justificarla.
La concejala de Asunción y ex presidenta de la Junta Municipal Fiorella Forestieri, califico al proyecto como una muestra más del ”atraso y la ignorancia en Paraguay”.
“Paraguay, como Estado, suscribió desde siempre todo tipo de acuerdos y convenciones en materia de Derechos Humanos, siendo parte de los mecanismos internacionales como por ejemplo la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer”, recordó.
La concejala, quien también ejerció como presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Junta, señaló que la firma de estos acuerdos “fue una de las mayores conquistas desde la democracia”.
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Avanzan en agenda autoritaria, dice Kattya
Kattya González, recientemente destituida por la aplanadora del cartismo y sus aliados en el Senado, señaló que, pese a que es lo que tiene más destaque “lo grave no son las ‘confesiones de alcoba’ de un diputado que apenas balbucea. Lo grave es la discriminación”.
“Lo grave es que se elimina la palabra género de una comisión que debería trabajar por la equidad, la tolerancia y la inclusión de las personas. Lo grave es que siguen avanzando en una agenda violenta y limitada”, dijo la exsenadora.
Añadió que “niños, niñas y adolescentes; las mujeres y los sectores vulnerables están en manos de una claque perversa polimorfa que añora la persecución, la violencia y que está dispuesta a impedir la libre determinación, la pluralidad y la democracia. Lo grave es que estamos caminando hacia una dictadura”, concluyó.
La opinión fue secundada por la abogada especialista en DD. HH. Diana Vargas, dijo que “lo importante no es con quién se acueste el diputado, sino que plantee que un niño es peligroso para sus compañeros, cuando en realidad en Paraguay la niñez es víctima de adultos heterosexuales en sus propias familias”.