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El autor fue durante muchos años director del Ceremonial del Estado de Alfredo Stroessner, y luego Jefe de Gabinete del gobierno de Andrés Rodríguez.
Se refirió al libro el periodista y escritor Bernardo Neri Farina; el publicista Daniel Nasta expuso una semblanza y en nombre de la familia habló el economista Pablo Pappalardo Bedoya, hijo del autor fallecido en 2020 a los 85 años.
El libro editado por El Lector, se divide en 20 capítulos y una reflexión final. Los primeros capítulos los dedica a la relación con Brasil y Argentina y a la génesis de las hidroeléctricas, cuyas peripecias las narra.
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También toca un tema motivo de polémica: el caso Letelier. Otros pasajes llamativos son la intervención del autor para la vuelta de exiliados y las conversaciones con líderes de la oposición ya en 1986 en la búsqueda de una transición pacífica en el pos stronismo.
Para este libro, Pappalardo entrevistó a personalidades nacionales y del extranjero, que a su vez exponen pormenores curiosos de la historia reciente del país.
Memorias de Conrado Pappalardo sobre el golpe de febrero de 1989
Otros capítulos llamativos del libro guardan relación con detalles del golpe de febrero de 1989, en el que Pappalardo afirma no haber participado, aunque luego sí fue llamado por Rodríguez.
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La participación de la Argentina en el golpe es toda una novedad; así como la tenaz oposición de Estados Unidos a que un militar fuera presidente luego de la caída de Stroessner; o a tratar de impedir, en último caso, que Rodríguez fuera candidato de la ANR.
La actitud del embajador Timothy Towell está marcada en significativos detalles en el libro.
Pappalardo expone, en ciertos momentos con crudeza, el difícil proceso de los primeros tiempos en la llamada transición democrática, ante sectores que deseaban que todo siguiera como antes de 1989, y que tras el golpe solo hubiera cambios en los nuevos dueños del poder.
Nasta recordó a Pappalardo “como persona y como amigo, no como político”. Rememoró varias anécdotas, sobre todo su atención a los detalles, su generosidad, su visión de futuro y su gran amor al Paraguay. “Lo que no se escribe, se pierde. Por eso es tan importante este libro”, agregó.
Jorge Pappalardo Bedoya, hijo del autor, recordó también algunas anécdotas de su padre y las relaciones de amistad que mantenía más allá de los partidos y las ideologías.
El acto fue muy concurrido. Participaron empresarios, políticos, diplomáticos y familiares.