El teniente coronel Guillermo Moral fue asesinado el jueves pasado en horas de la tarde frente a la sede de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, al ser atacado a tiros por dos personas en motocicleta.
Según comentó el subcomisario David Delgado, subjefe del Departamento de Homicidios de la Policía Nacional, se puede hablar de que el asesinato fue ordenado por alguien, pero aún se debe determinar por quién. Además, la falta de experiencia de las personas vinculadas materialmente al hecho, dejó varios cabos sueltos.
“Se tiene una cobertura en horas de la mañana que ellos salen de la zona de San Antonio, vinieron hasta la zona céntrica donde se instalaron a metros de la salida del estacionamiento del lugar del trabajo de la víctima y de ahí empieza un seguimiento hasta el lugar donde se materializó el hecho”, detalló.
Según lo recabado por la Policía, a las 10:00 aproximadamente los dos sospechosos del asesinato salen de la casa de Rogelio Díaz, uno de los identificados. Llegan a las 15:00 a las inmediaciones de la Corte Suprema de Justicia Militar, donde trabajaba la víctima, y a las 16:00 siguen a la misma hasta la sede central de la Facultad de Derecho de la UNA. Fueron 12 minutos los que les tomó llegar del centro hasta Trinidad, precisaron.
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No abandonaron moto
Si bien la Policía logró dar con la moto abandonada en una estación de servicio, Delgado dijo que los sospechosos la dejaron ahí porque se descompuso e incluso habrían tenido intenciones de buscar el vehículo del lugar.
Sobre si es que alguien de la justicia militar podría haber informado a los sospechosos de la salida de Moral, el subcomisario dijo que no descartan esa hipótesis y que incluso está tomando más fuerza.
“Ellos manejaban bastante información sobre la víctima. Bastante, digo por qué en cuanto al lugar del trabajo, puntos de salida, su lugar de estacionar, el horario próximo a su salida, esos datos preliminares los manejaban perfectamente, entonces tenían una fuente cercana, o no cercana, o que conocía el manejo de este militar. No se descarta que tengan un informante de la justicia militar”, sostuvo.
Según creen desde la Policía, los sospechosos esperaron a cometer el asesinato frente a la Facultad de Derecho, porque los lugares por donde siguieron a la víctima había gran afluencia de gente y denso tráfico.
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Posible “quema de archivo”
Como se sospecha que el asesinato fue ordenado, también desde la Policía creen que los autores materiales estarían expuestos a una posible “quema de archivo”, es decir, que el propio mandante del homicidio contrate a otras personas para eliminar a los autores materiales.
“Siempre hay un mandante, siempre hay una persona que materializa. El mandante no sabemos si puede contratar a otras personas para quemar a los materiales y no llegar a ellos, en todo tipo de hechos de este tipo de sicariato los autores materiales están muy expuestos a ser eliminados para que no quede ningún cabo suelto. Eso está criminológicamente establecido de esa manera”, explicó Delgado.
De acuerdo a lo que manejan los intervinientes, de la conducción de la moto estaba encargado el mayor de edad, Rogelio Díaz, y en el asiento del acompañante estaba el menor de edad, por lo que como hipótesis y por lógica sería el acompañante quien realizó los disparos.
“El primer disparo se da de costado y luego los dos disparos se dan de frente. Es el primero el que lo mata. Los otros dos de frente no le acertaron, tuvieron obstáculos las balas”, precisó el subjefe de homicidios.
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Amigos sin antecedentes
Luego de identificar a los sospechosos del homicidio de Moral, los investigadores no hallaron registro alguno de antecedentes; sin embargo, cuando indagaron por la zona donde viven ambos, algunos vecinos les indicaron que se autoproclamaban integrantes del Clan Rotela y en el caso del menor, coqueteaba con lo que sería el Primer Comando da Capital (PCC), ya que encontraron elementos como señas o grafitis vinculados a estos grupos criminales en una de las viviendas allanadas.
Según indicó Delgado, tanto el menor como Díaz serían vecinos y conocidos de la zona, incluso hasta serían compañeros en el mismo colegio.
“Con el padre del menor se conversó. Lastimosamente, él refiere que no tenía mucho contacto con su hijo por la cuestión laboral, coinciden todos los vecinos de la zona de que es una persona muy trabajadora. Que prácticamente de lunes a sábado está trabajando en una arenera y eso hace que se le dificulte su contacto con su hijo. Él lo crio solo, estaba también a cargo de una abuela que falleció hace unos años y que prácticamente hablamos de una falta de cuidado por llamar de una manera”, agregó.
Guillermo Moral denunció en el pasado un intento de soborno para hacer llegar un celular al supuesto narcotraficante Miguel “Tío Rico” Insfrán. A raíz de la denuncia, el coronel Luis Belotto, su esposa Alba Ale de Belotto y el abogado Miguel Mendieta fueron condenados a dos años de prisión.