La información generada en México detallaba que “esta mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo confirmó que el sobrino del exsecretario Hernán Bermúdez Requena, Gerardo Bermúdez Arreola, fue detenido en Paraguay después de que se diera a conocer que el sujeto se encuentra en arresto domiciliario por acusaciones de explotación ilegal de apuestas deportivas”.
Efectivamente, la información que causó tanto impacto en México en realidad era solo por la ratificación de la medida de arresto domiciliario que magistrados paraguayos le impusieron al empresario mexicano radicado en nuestro país Gerardo Bermúdez Arreola, aunque por un proceso que se le abrió ya en 2019 por la explotación de apuestas deportivas físicas y on line hechas de manera clandestina, es decir, fuera de la regulación de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar).

Básicamente, lo que llamó la atención en México no fue que procesaran en Paraguay a un mexicano, sino que ese mexicano resultó ser sobrino de otro mexicano que llegó a ser una alta autoridad hasta que pasó a ser uno de los más buscados de su país.
Hernán Bermúdez Requena, ahora detenido, era jefe de la Policía, después director de cárceles y llegó a ocupar el cargo de secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado de Tabasco,México.
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Es decir, era algo así como el ministro del Interior de ese estado mexicano, desde 2019 hasta enero de 2024. Se vio obligado a renunciar y después huir al prácticamente comprobarse que además de dirigir la política de seguridad era también supuestamente uno de los jefes de la organización criminal La Barredora, que por su parte es el principal brazo ejecutor en el estado de Tabasco del poderoso y temido Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
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Esa publicación de Infobae sobre la detención en Paraguay del sobrino de Comandante H, aunque parecía ser irrelevante, fue captada por analistas de la Secretaría Nacional de Inteligencia (SNI) de Paraguay que automáticamente asumieron que entonces podría haber al menos una mínima posibilidad de que el codiciado prófugo mexicano estuviera en nuestro país.
En una casa de Surubi’i
Lo siguiente fue analizar el perfil de su sobrino radicado en Paraguay y rastrear su ubicación. Como en sus documentos paraguayos decía que vivía en el condominio Surubi’i de la ciudad de Mariano Roque Alonso, los agentes de inteligencia se mimetizaron en el complejo y tras varios días de vigilancia finalmente identificaron una casa en la que efectivamente estaba el objetivo.
En este punto, ya se dio participación a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), cuyos agentes especiales también se desplegaron en el terreno para conseguir la mayor cantidad de indicios posibles, debido a que nadie en nuestro país conocía al Comandante H.
Tras la recolección de un gran cúmulo evidencias, como fotografías y patrones de conducta, los agentes de Paraguay enviaron sus archivos a México. Allí, analistas del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) reportaron que había un 92% de certeza de que su objetivo fuese el mismo que el detectado en Surubi’i. Así se sucedieron los hechos, según la información suministrada por agentes de la Senad de Paraguay.
No tenía ingreso oficial al país
Como ya estaba prácticamente confirmado que el empresario mexicano Gerardo Bermúdez Arreola estaba escondiendo en Paraguay a su tío Hernán Bermúdez Requena, la información fue compartida con instituciones como la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), que reportó que este último no tenía ingreso legal al país, y la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), que consignó que no se detectaron movimientos económicos sospechosos de ninguno de los mexicanos.
Finalmente, se avisó al Ministerio Público (MP) que había un objetivo de alto valor estratégico escondido en Mariano Roque Alonso y se diseñó la captura, que fue ejecutada el sábado de madrugada en la operación Ñemosê.
Como el Comandante H tenía notificación roja de Interpol, es decir, una orden de captura internacional, se activó automáticamente el protocolo de extradición, aunque también se podría haber ejecutado el procedimiento de expulsión, que iba a ser más rápido, pero menos formal.
