La imputación por homicidio doloso fue presentada por la fiscala Daysi Teresa Sánchez Delgado, titular de la unidad penal 13 de la Sede 1 de la Fiscalía de Asunción.
El imputado es el indígena Óscar Aquino Fernández, de 24 años de edad, quien quedó detenido oficialmente ayer miércoles luego de que cayera en varias contradicciones durante su declaración en carácter de testigo del crimen de la uruguaya Karina Ximena Arismendi Gateli, de 41 años.

La mujer fue hallada muerta el sábado último (23 de agosto) dentro de un edificio abandonado situado en Piribebuy entre Ayolas y Montevideo, en el centro de Asunción.
La uruguaya fue degollada después de que ofreciera mucha resistencia ante su verdugo, ya que también se constataron heridas defensivas en los brazos. Supuestamente, también fue violada.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
De testigo a sospechoso
El indígena ahora imputado, Óscar Aquino Fernández, en principio había sido presentado por policías del departamento de Homicidios como probable testigo del crimen, ya que fue el que avisó del hallazgo del cadáver debido a que supuestamente halló la escena cuando entró al edificio para fumar crack.

Sin embargo, los propios uniformados notaron ciertas inconsistencias en su relato, por lo que alertaron de esa situación a la fiscala Daysi Sánchez.
Video: Detienen a un indígena por el crimen de la uruguaya: ¿qué hipótesis manejan los investigadores?
Por ejemplo, el nativo involucró en el hecho a otros dos indigentes que fueron las últimas parejas de la mujer ahora fallecida, Matías Borche Alessandrini, alias Uru, uruguayo, de 44 años, y Demian Martínez Noguera, alias Titi, paraguayo, de 29 años.
Uru cayó detenido coincidentemente ese mismo día del hallazgo del cadáver (23 de agosto), pero por un robo en el Mercado 4, en tanto que Titi fue apresado el martes último (26 de agosto), sí ya como sospechoso de este crimen, pero ambos negaros su participación en la muerte de Karina.
Circuito cerrado
Con los tres sospechosos bajo custodia, los policías y la fiscala se tomaron el tiempo de analizar las imágenes de las cámaras de seguridad instaladas en la zona.

Lo primero que descubrieron es que la uruguaya habría sido asesinada el jueves de mañana (21 de agosto) y que en ese momento el único que entró al edificio y que luego salió ya con otra ropa es justamente el indígena ahora imputado Óscar Aquino Fernández.
Es más, los investigadores no detectaron a Uru ni a Titi en la zona del crimen, al menos en los momentos en los que el indígena dijo que ellos estuvieron.
Con este panorama, la fiscala Sánchez imputó al nativo y ordenó la libertad de los otros dos sospechosos, aunque el uruguayo sigue preso por el robo cometido en el Mercado 4.