La trágica historia se inició el 7 de julio pasado, cuando desapareció misteriosamente la señora Victorina González Peralta, de 42 años, quien vivía en una casa del barrio Gemisa 1 de la ciudad de Saltos del Guairá, la capital del departamento de Canindeyú.
Según su concubino, Mateo Candia Giménez, de 36 años, ese día tuvieron una discusión y ella decidió abandonar la casa, dejando incluso al hijo de 12 años que tienen en común, aunque la mujer deja otros cuatro hijos de relaciones anteriores.
Siempre según Mateo, él mismo sacó a la ruta a Victorina para tomar un colectivo que la llevó al Chaco.

Como la versión de Mateo no convencía, los vecinos hicieron la denuncia ante la Policía el 25 de julio pasado, tras lo cual también tomó intervención la fiscala Sonia Raquel Benítez Rojas.
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Ese mismo día, una comitiva allanó la casa del barrio Gemisa 1, pero no se encontraron rastros de la desaparecida. Sí llamó la atención que Mateo ya tenía viviendo con él a una nueva pareja, Vicenta Martínez, de 43 años, quien tampoco gozaba de la simpatía de los vecinos porque había sido vista regalando la ropa de la desaparecida Victorina González Peralta.
Policías de Investigaciones y de Homicidios que trabajan en Saltos del Guairá hicieron un seguimiento con cámaras y descubrieron que Mateo estaba mintiendo, ya que nunca fueron vistos en la parada de colectivo de donde supuestamente la mujer partió rumbo al Chaco.

Como era inminente la detención de Mateo y debido a que la presión ciudadana crecía, el concubino de la mujer desaparecida finalmente se presentó el martes de mañana en la Fiscalía de Saltos del Guairá y confesó haberla matado y que enterró el cuerpo en el patio de la casa.
Así, el cuerpo fue rescatado esa tarde y traído a Asunción para la autopsia que se hizo hoy y que reveló que murió de un golpe en la cabeza. Mateo dijo que mató a Victorina porque estaba cansado de ser maltratado.