En comunicación con ABC Cardinal este martes, el coronel Carlos Casco, comandante del Batallón de Inteligencia Militar del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI), comentó sobre el operativo que resultó en la muerte de una figura importante del grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) el pasado domingo en el departamento de Canindeyú y opinó sobre el grado de éxito que ha tenido la lucha del Estado contra esa y otras agrupaciones similares.
El pasado domingo, agentes del CODI localizaron un campamento del EPP dentro de la reserva natural Mbaracayú y se produjo un enfrentamiento con sus miembros que resultó en la muerte de uno de sus integrantes, Rubén Darío “Loro” López, señalado como partícipe de secuestros como el del exvicepresidente de la República Óscar Denis.
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Según el análisis del tamaño del campamento y los elementos allí encontrados, las autoridades creen que entre 10 y 12 personas habitaban en el sitio, aunque los uniformados no lograron capturar o abatir a nadie más.
EPP fue “contenido”
El grupo conocido como Ejército del Pueblo Paraguayo tiene sus orígenes en 1990, pero en varias décadas el Estado ha sido incapaz de neutralizarlo por completo. Sin embargo, el coronel Casco opinó que los esfuerzos de las autoridades no han sido un fracaso porque la agrupación ha visto muy reducidos sus números y no ha podido expandir su “ideología”.
“Ellos no crecieron en números, empezaron en 1990 con 60 adeptos y hoy quedaron en 12”, dijo el militar. “Si su ideología se sembraba podíamos decir que esto es un fracaso, pero eso no ocurrió. Ellos hicieron su proyección de que en esta época iban a tener entre 5.000 y 7.000 personas”, acotó.
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Afirmó que la creación del CODI y su Batallón de Inteligencia fue clave para impedir ese crecimiento y agregó que si medidas como esa no se tomaban “íbamos a tener atentados en la capital”.
Conflicto “irregular”

El coronel Casco señaló que el conflicto con ese grupo es “irregular”, no apto para “fuerzas convencionales”, sino que dependen gran parte de trabajos de inteligencia y “la presencia del Estado” en zonas vulnerables que pueden ser influenciadas por el EPP.
“Estas personas en los últimos años migraron de las comunidades campesinas hacia las comunidades indígenas que quieren influenciar mediante esta ideología marxista leninista maoísta”, dijo. “Un daño colateral contra estas comunidades puede ser un problema muy grave para nosotros”, agregó.
Señaló la importancia de que los programas del Estado lleguen a esas comunidades que, según admitió, “fueron abandonadas durante mucho tiempo” sin acceso a servicios básicos o herramientas para su desarrollo, lo que hace que puedan ser “fácilmente permeadas” por grupos como el EPP.
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Sin embargo, destacó que comunidades indígenas han brindado ayuda al CODI que ha sido importante.
El coronel Casco dijo que el análisis preliminar del campamento allanado por los uniformados muestra evidencia de que en el sitio vivían hombres y mujeres, entre 10 y 12 personas en total. Además, fueron hallados computadoras, tabletas y teléfonos celulares que tendrían “mucha información que nos va a servir para inteligencia”, agregó.
Miembros del EPP lograron escapar
Sobre el hecho de que el CODI no logró capturar o abatir a más miembros del EPP durante el operativo del domingo, el jefe militar dijo que el incidente tuvo lugar en una zona de difícil acceso en la que los guerrilleros “sembraron” explosivos y donde tenían una ruta de escape previamente planeada.
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El coronel dijo que el EPP se sostiene financieramente con el “remanente” del dinero que recibió por secuestros, además de acciones extorsivas en su zona de influencia.
“Se desplazaron a Canindeyú porque en Amambay ya no se sentían seguros, emigraron a donde nadie los conocía para tratar de encontrar una red de apoyo, comprar armamento y municiones”, explicó.