Las víctimas del asalto ocurrido en Capiibary fueron el comerciante Juan Carlos Benítez Vega (66) y su esposa la concejala municipal colorada María Ester Cáceres de Benítez (63), ambos domiciliados en el centro de la ciudad y propietarios de una hacienda ubicada en la zona conocida como Calle 30 de Agosto.
Poco después del mediodía del domingo, la pareja estaba saliendo de la hacienda a bordo de una camioneta Toyota Fortuner de color plateado, con matrícula BEG 217 y cuando pararon la marcha para abrir el portón fueron rodeados y reducidos por al menos cuatro criminales con capuchas y armados con pistolas.
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Tras revisar el interior del vehículo, los maleantes obligaron a las víctimas a regresar a la hacienda donde estaba la hija de ambos Ruth María Benítez Cáceres (37) y el pequeño hijo de esta. Estos también fueron tomados de rehenes y luego obligados a entregar todo el dinero y objetos de valor que tenían en el sitio.
Supuestamente, los desconocidos se alzaron con unos G. 40.000.000, teléfonos celulares de alta gama y otros objetos de valor, luego abordaron la camioneta Toyota Fortuner y escaparon del sitio.
Tras asalto, concejala de Capiibary rechazó intervención policial
Tras la denuncia, efectivos de la comisaría jurisdiccional llegaron al sitio, donde fueron recibidos en el portón de la propiedad por Juan Carlos Benítez Vega, quien relató a los agentes lo ocurrido.
Sin embargo, cuando su esposa y la hija se enteraron de la presencia de los uniformados se negaron rotundamente a que estos ingresaran hasta el casco de la hacienda y también exigieron a los agentes que se retiren del lugar y alegaron que todo se trató de un simple mal entendido.
También las mujeres se negaron a formular denuncia acerca del supuesto hecho de robo agravado del que fueron víctimas, según confirma el informe de la comisaría jurisdiccional.
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Sospechan que asaltantes se equivocaron
Por otra parte, fuentes de la misma dirección de Policía de San Pedro señalaron que los criminales se habrían equivocado de objetivo.
Aparentemente, los cuatro criminales estaban en busca de una multimillonaria suma que los propietarios de una hacienda aledaña estaban manejando luego de la venta de una gran cantidad de vacunos. Supuestamente, al errar de objetivo, los maleantes se llevaron un poco de efectivo, los teléfonos y hasta la camioneta en que estaban las víctimas.