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Felipe Santiago Acosta Riveros, paraguayo, de 41 años de edad, alias Macho, fue capturado por primera vez el 27 de abril de 2005, luego de que revelara dónde enterró el cuerpo de su patrón, el colono japonés Hiroyuki Arai, quien fue asesinado y sepultado en su propio establecimiento de la ciudad de Tavapy, departamento de Alto Paraná.
Por ese crimen, Macho fue condenado a 25 años y recluido en la penitenciaría regional de Ciudad del Este, de donde se fugó el 19 de mayo de 2011 cuando lo llevaron a un hospital.
Fue recapturado el 10 de febrero de 2015 en Saltos del Guairá y recluido en la penitenciaría regional de San Pedro de Ycuamandyyú, de donde volvió a escapar el 18 de febrero de 2016 al ser favorecido con un permiso para recibir atención médica. Macho debía volver a la prisión el 17 de marzo de 2016, pero ya no lo hizo. Desde entonces permanece fugitivo.

Macho, el “patrón” del departamento de Canindeyú
Una vez instalado y consolidado en el departamento de Canindeyú, Macho pasó a ser el verdadero “patrón” de la región, ya que prácticamente monopolizaba la producción de marihuana, así como también empezó a incursionar en la descarga de cocaína procedente de Bolivia.
En gran parte, su “éxito” se debió a la alianza que estableció con los indígenas de la zona norte del departamento de Canindeyú, de quienes alquilaba territorio ancestral para plantar marihuana y construir pistas de aterrizaje clandestinas.
Así, Macho montó una base de operaciones casi impenetrable en los alrededores de la colonia Americana, en el distrito de Corpus Christi.
Lea más: Detectan pista clandestina y denuncian plantaciones de marihuana en Corpus Christi
Una vez, unos policías de la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU) intentaron entrar a la zona, pero fueron “apresados”, desarmados y humillados por los indígenas que protegían a Macho, quienes obligaron a los efectivos a carpir a cambio de ser liberados.
Video: Indígenas capturaron a tres policías en Canindeyú y los obligaron a carpir
Las multimillonarias ganancias generadas por Macho eran repartidas también a las autoridades policiales, militares, judiciales y políticas, lo que le garantizó impunidad durante mucho tiempo.
Depredaron la reserva Mbaracayú
Como el mercado de consumo que debía abastecer era casi infinito, Macho empezó a depredar la reserva Mbaracayú, que abarca los municipios de Yby Pytá, Villa Ygatimí e Ypejhú, de modo a poder plantar marihuana.

Vistas aéreas, tanto con drones como con el mapa satelital, revelan que hoy en día la reserva está “pelada” en gran parte de sus 65.000 hectáreas.
Precisamente, el campamento marihuanero intervenido y destruido este lunes funcionaba en dicha reserva, específicamente en las coordenadas 24° 05′ 23″S, 55° 27′ 17″ W.
Según los datos, la comitiva destruyó cinco hectáreas de plantaciones de marihuana en etapa de cosecha e incautó unos 2.000 kilos de marihuana prensada y aproximadamente 3.000 kilos de marihuana picada.
La droga estaba siendo procesada en un campamento equipado con todas las herramientas necesarias.
Dos detenidos en operativo contra el narcotráfico
El fiscal de Narcotráfico de Curuguaty, Juan Ramón Benegas Rivas, quien encabezó la incursión, presentaría imputación en las próximas horas contra dos presuntos peones que estaban cuidando el campamento y que terminaron detenidos.
Se trata de Christian Pedro Galeano Dos Santos, de 25 años, y Richard Riveros Dos Santos, de 24 años, quienes serían primos y que tienen documentos brasileños.